29 de diciembre de 2008

Riesgo de crédito - ¿Me pagará mi cliente? ¿Recuperaré los depósitos que tengo en mi banco?

Podemos definir el riesgo de crédito como la posibilidad de que mi carnicería tenga pérdidas derivadas del incumplimiento de pago de algún cliente.

En condiciones normales la carnicería realiza sus ventas al contado, por lo que no existiría riesgo de crédito en las transacciones comerciales, pero es posible que ciertas ventas las fíe, o que haga servicios a restaurantes que me paguen a fin de mes. Si uno de estos clientes no me paga, le habré servido el género, con el coste que ello me ha supuesto, y sin embargo no habré recibido ningún dinero.

También he podido cobrar al contado y al final del día lo he llevado al banco. Ante mi sorpresa unos días después anuncian que mi entidad financiera ha quebrado, y no recuperaré mi dinero.

Parece fácil de entender este riesgo, pero no somos conscientes de que es un riesgo al que estamos expuestos a diario. Durante el mes, vamos devengando nuestro sueldo en la empresa en la que trabajamos, y cabe la posibilidad de que si la empresa quiebra no recibamos nuestro salario. Por tanto, como individuos tenemos riesgo de crédito con la empresa para la que trabajamos y con nuestros bancos en los que tenemos nuestro ahorro.

Hay diferentes conceptos que tenemos que tener en cuenta a la hora de medir el riesgo de crédito. A mi cliente (un restaurante) le he servido el pedido, y como en el pasado siempre me ha pagado, considero que la probabilidad de impago es muy reducida. Una vez me impaga tengo que ver cuál es mi exposición, el dinero que me debe (pueden ser varios pedidos). Por último, si el restaurante ha entrado en una situación concursal, es posible que recupere algo, porque cuando liquide el negocio obtenga algo de dinero con el que pagar parte de la deuda.

Por tanto, hemos visto que todos tenemos en mayor o menos medida riesgo de crédito, y que no necesariamente vamos a perder todo el dinero en caso de que no nos paguen.

Pero, ¿cómo gestiono el riesgo de crédito? Realmente vender es muy fácil, en el extremo si yo vendiera gratis mis productos seguro que tenía clientes. Vender y que no me paguen es como venderlo gratis, lo difícil, por tanto, no es vender sino cobrar.

El principal riesgo de los bancos es el riesgo de crédito y por ello lo gestionan muy bien. Cuando le van a vender dinero (carne en el caso de nuestra carnicería) le piden documentación sobre su capacidad de pago al cliente, una vez la analizan exigen una serie de garantías (hipotecas o avales personales) para realizar la venta. Posteriormente, le piden al cliente información periódica (en el caso de empresas) en el caso de que sigan necesitando el dinero (la carne).

En general la gestión de cualquier riesgo tiene tres posibilidades asumirlo (es lo que hacen la mayoría de las empresas, y en sí mismo no es malo, pero deben ser conscientes de los riesgos que corren), externalizarlo (traspasar a otro el riesgo) o mitigarlo (llevar a cabo procedimientos que permitan reducir su probabilidad o impacto).

Qué debemos hacer con nuestra carnicería para reducir el riesgo de crédito:
  1. Estudiar a nuestro cliente y su capacidad de pago y pedirle garantías o avales. Esto no es muy común en una carnicería.
  2. Ir a una compañía de seguros al comercio (tipo Cesce) que asegure nuestras ventas. En este caso la compañía pedirá información sobre nuestros clientes y aceptará o no las operaciones. Tampoco es común en la carnicería.
  3. Vender al contado. Si cobro al contado no tengo riesgo de crédito comercial (sí tendría riesgo al depositarlo en el banco). Esto es algo un poco más habitual.
  4. En caso de no tener garantías muy altas de que voy a cobrar, lo mejor es NO VENDER.
  5. No poner todos los huevos en la misma cesta, diversificar y poner límites. En caso de que decidamos asumir el riesgo, tenemos que evaluar el impacto de un posible impago. Si nuestro patrimonio es, por ejemplo, de 100.000 euros, no deberíamos tener un riesgo de crédito de 200.000 euros, porque en caso de que me impaguen yo también quebraría. Por ejemplo, me debería poner un límite del 20% de mi patrimonio en cada riesgo de crédito potencial.
  6. En el momento que exista algún retraso, hay que comenzar el seguimiento del riesgo, no darle más crédito hasta que regularice la situación (muchas veces los comerciales siguen vendiendo a un cliente que es insolvente y esto puede llevar a la ruina de la empresa), y tomar medidas para que pague, porque está en juego tu empresa o tu patrimonio personal.

Si como particular vas a alquilar un piso a otra persona, debes hacer exactamente lo mismo. Estudiar al arrendatario, pedirle su nómina, evaluar la antigüedad en la empresa, ver cuál parece su nivel de vida; exigirle garantías (avales, meses por adelantado…); y en caso de que exista algún retraso iniciar las acciones judiciales cuanto antes.

Los bancos lo tienen muy claro, y tienen unos sistemas de gestión del riesgo de crédito, sin embargo, las empresas no dedican tiempo a gestionar estos riesgos, y en ocasiones los impagos son los responsables de la desaparición de pequeñas y medianas empresas.

En definitiva, todos tenemos riesgo de crédito, lo cual no es malo, pero tenemos que saber qué impacto nos puede suponer un evento negativo, y tratar de minimizar su impacto.

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22 de diciembre de 2008

Riesgo Operacional - ¿Se cortará un dedo alguno de mis empleados? ¿Me servirán a tiempo los corderos para navidad?

Inicialmente, iba a comenzar esta serie de post hablando sobre el riesgo de crédito que es probablemente el que más afecte en el día a día a las empresas, pero dado que el otro día expliqué el caso Madoff, voy a comenzar por un riesgo que está en el día a día de nuestras actividades, muy amplio y por tanto muy difícil de gestionar.

Podemos definir el riesgo operacional como la posibilidad de que nuestra carnicería incurra en pérdidas a causa de fallos o errores en los procesos (no he congelado la carne y se ha puesto mala), sistemas (me ha fallado el teléfono y no he podido hacer el pedido), o personal (un empleado se ha cortado un dedo), o como consecuencia de eventos externos (unos gamberros han puesto silicona en la cerradura, o me han robado).

Como veis la definición es muy amplia y abarca muchos aspectos de la vida cotidiana de cualquier empresa. El Riesgo operacional, es el riesgo más habitual en cualquier actividad comercial, voy a poner algunos ejemplos:

1. Fraude interno: un empleado de la carnicería roba dinero de la caja. Otros casos de fraude interno son utilizar datos de los clientes en beneficio propio, o de un amigo.

2. Fraude externo: un atraco en mi carnicería.

3. Seguridad en el trabajo: un empleado se corta un dedo con el cuchillo; o se resbala y se rompe una pierna.

4. Clientes, productos o prácticas empresariales: Me ponen una denuncia ante el organismo de defensa del consumidor por atender mal a un cliente, venderle un producto caducado o defectuoso…

5. Daños a activos materiales: hacen una pintada en la persiana de mi carnicería y tengo que arreglarlo; hay un incendio en el edificio y tengo que dejar la actividad.

6. Fallos en los sistemas: pierdo toda la contabilidad por un fallo en el ordenador y tengo una multa de hacienda; o no tengo teléfono durante dos semanas y tengo retrasos en los pedidos.

7. Ejecución de procesos: Al no limpiar todos los días el congelador (proceso establecido) se produce una acumulación de grasas que estropea el motor.

Como se puede apreciar los riesgos operacionales son muy diversos. En general, se producirán muchas pérdidas de pequeño importe cada día por errores en los procesos, no sacar la carne más antigua del congelador porque está más al fondo y es más incómodo, y al final no es posible venderla; fallos en el cobro a clientes (arqueo de caja)…, pero también existen riesgos importantes que pueden llevar a la quiebra del negocio, por ejemplo que se queme la carnicería.

Para gestionar el riesgo puedo hacer tres cosas mitigarlo (establecer procesos claros con visados que me garanticen que se han realizado), transmitirlo o externalizarlo (asegurar el local contra incendios tanto por la pérdida material como por las posibles pérdidas que pudieran surgir), asumirlo (en ocasiones formalizar un procedimiento me puede salir más caro que las pérdidas que me supone el riesgo). Ojo, no hacer nada también es asumir un riesgo, pero no estaría gestionado.

Lo principal es tener claros cuáles son los riesgos principales que pueden hacer peligrar mi negocio (el incendio, un robo de según qué magnitud, el fallecimiento o invalidez de algún empleado…) Estos riesgos tengo que conocerlos bien, y evaluar la conveniencia de traspasarlos a quien los pueda gestionar (asegurarlos). Los riesgos de segundo nivel, aquellos que pueden causarme pérdidas, pero no la quiebra del negocio, en general deberé mitigarlos estableciendo procesos claros (asignar a una persona para la limpieza de la cámara frigorífica todas las noches).

La gestión del riesgo operacional es algo relativamente novedoso en banca (que es el sector con mayor conocimiento en la gestión de riesgos), y con los nuevos acuerdos de Basilea (normativa bancaria internacional) las entidades se han visto obligadas a establecer marcos de control del riesgo operacional, que básicamente responden a tres preguntas:

1. ¿Qué ha pasado? Las entidades gestionan bases de datos en las que apuntan todas las pérdidas operacionales que se han producido. De esa manera saben la frecuencia con la que se producen y llevan a cabo planes de acción para reducir su frecuencia e impacto.

2. ¿Qué está pasando? Ponen alertas de control que les permitan anticiparse a posibles pérdidas. Por ejemplo, número de becarios en plantilla. Los becarios no conocen bien los procedimientos, y se producen mayores pérdidas en arqueos de caja cuando están ellos gestionando el cierre diario. En estos casos, se detecta un mayor riesgo, y se puede establecer un mayor control.

3. ¿Qué puede pasar? Estudiar en base a las pérdidas existentes, y a lo que ha pasado a otras entidades qué es lo que puede pasar. Por ejemplo, es posible que nunca haya tenido la entidad un incendio, y no sepa evaluar las pérdidas, pero puede que otra entidad sí haya tenido ese problema.

En definitiva, el riesgo operacional existe en todas las empresas, hay que tratar de conocer cuáles son los riesgos que pueden llevar a la quiebra de la empresa, y gestionarlos adecuadamente.

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19 de diciembre de 2008

Riesgo Operacional - El caso Madoff

Dadas las circunstancias voy a saltarme por hoy mi referencia a los riesgos en una carnicería, y voy a tratar de explicar qué ha pasado en el caso Madoff de manera sencilla.

Imaginémonos que voy a mi oficina del banco X, un gran banco internacional con trabajadores muy preparados.

- Buenos días, quisiera que me concedieran un préstamo de 100.000 euros para un negocio extraordinario que va a dar una rentabilidad del 10% anual – le comento al comercial del banco.

- Por supuesto, tome asiento. Dígame, ¿en qué consiste el negocio? – me pregunta amablemente.

- Ah no, eso no se lo puedo decir, es confidencial porque podrían copiarme la idea, pero le aseguro que es un negocio extraordinario que va a dar por lo menos un 10% anual – le contesto.

- Ya, pero me tendrá que decir de qué se trata para que podamos estudiar si realmente es tan bueno y le podemos dar el crédito que solicita.

- Lo lamento, pero es confidencial.

- Bueno – me contesta resignado el comercial – en ese caso, sería necesario que me dijera usted de qué garantías dispone, salario, hipoteca, aval de los padres…

- No, lo siento no tengo ni nómina, ni aval de ningún tipo, pero la idea es buenísima.

- Lo lamento, pero nuestro banco no le puede dar un préstamo en estas condiciones – me contesta el comercial mientras me muestra el camino de salida.


Ahora imaginémonos esta otra situación.

- Buenos días, soy Bernard Madoff, el megagurú de las finanzas y quiero ofrecerle la posibilidad de invertir X millones de euros en mi Hedge Fund que le garantiza rentabilidades mayores al 10%.

- Muchísimas gracias señor Madoff – responde el presidente del mismo gran banco del caso anterior – pero dígame, en qué tipo de activos invierte su fondo.

- Lo lamento querido amigo, pero eso es confidencial, pero le prometo una rentabilidad del 10%.

- Bueno, en ese caso, cuente con nuestro dinero.

En los dos casos una persona ha ido a una entidad financiera a pedir dinero sin ningún tipo de garantía, aval, y sin explicar cuáles son los planes de negocio que garantizan una rentabilidad tan alta, pero el trato en ambos casos es bien distinto.

¿Cómo gestionan las entidades financieras su inversión en Hedge Funds?

Las entidades financieras cuando invierten en Hedge Funds (fondos de inversión libre, que al contrario de lo que muchos piensan no deberían tener excesivo riesgo) hacen una “Due dilligence” (auditoría o check liste de cumplimiento de determinados parámetros) a los gestores del fondo. Este proceso se lleva a cabo para conocer la estrategia de inversión de estos fondos, su nivel de apalancamiento, las posibilidades de salir del fondo (liquidez)… Por desgracia, en los últimos años estos Hedge Fund han estado gestionados por gente que iba de “gurú” por la vida (me he encontrado a unos cuantos) y no te dicen cuál es su estrategia de inversión más que de manera general (para que nadie les copie, que para eso son gurús y quieren sacar pasta). Muy a mi pesar, las entidades han mirado más la rentabilidad que daban estos productos, que el riesgo que corrían (que podía no ser muy elevado, pero al no comprobar en detalle en qué están invirtiendo estos hedge fund, sí es elevado) y se han pegado algún que otro galletazo. Desde los departamentos de riesgos, se ha frenado la codicia desmedida de las entidades, pero por desgracia no siempre han tenido suficiente peso en las decisiones.

Las pérdidas que ha ocasionado el caso Madoff en distintas entidades financieras españolas es a mi juicio un caso de riesgo operacional. En primer lugar porque es un fraude externo, pero en segundo lugar probablemente ha existido un fallo en la ejecución de procesos.

Ojo, no demonicemos a los Hedge Fund, que como he dicho no necesariamente son productos de riesgo (de hecho en general no lo son), pidamos a los reguladores mayor transparencia en estos vehículos de inversión, y exijámosles auditorías por parte de empresas serias.

Yo nunca invertiría en algo que no conozco bien, porque más vale prevenir que curar, pero las entidades no han adoptado ese criterio y se la han pegado. Y esto es un caso más de la crisis que estamos viviendo. Algunas Entidades Financieras han comprado cosas que no entienden, en algunos casos a timadores, y en otros sin conocer los riesgos que implican y de aquellos polvos vinieron estos lodos.

En unos días hablaré de Riesgo Operacional, y daré una serie de orientaciones sobre cómo gestionar este riesgo.

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18 de diciembre de 2008

Toda la vida es riesgo y los riesgos, riesgos son

Llevo tiempo comentándole a Jaizki la posibilidad de escribir una serie de reflexiones sobre el concepto de riesgo, y me ha brindado la oportunidad de publicarlas en su blog. Trataré de realizar una serie de post exponiendo los distintos tipos de riesgos a los que nos enfrentamos, bien como individuos, bien desde nuestras empresas, y algunas orientaciones sobre la manera de gestionar los distintos tipos de riesgo.

La Real Academia Española nos dice que la palabra riesgo proviene del it. risico o rischio, y este del ár. clás. rizq, lo que depara la providencia. La incertidumbre es parte de la vida, y más en los tiempos que corren: “no sé si me despedirán”, “no sé si cobraré a fin de mes”, “no sé si mis clientes pagarán”, “no sé si perderé mis inversiones”…

Al ser humano, por naturaleza, no le gusta la incertidumbre, el riesgo, y trata de reducirlo, aunque lo haga de manera inconsciente. Compramos marcas porque nos dan “cierta” certeza de que el producto adquirido será bueno, durará…; dejamos nuestro dinero a nuestro banco de confianza y no a cualquier desconocido porque nos da de nuevo “cierta” seguridad de que recuperaremos nuestro dinero; seguimos rutinas por la necesidad de saber que las cosas “siempre se han hecho así” y funcionan. En definitiva, el ser humano es conservador por naturaleza y tiene aversión al riesgo, trata de moverse en entornos de seguridad y certidumbre aunque estos realmente nunca existan al 100%.

Pero entonces, ¿por qué hay gente que no sigue las reglas y asume riesgos? La aversión al riesgo no es igual para todos los individuos, y hay gente con mayor predisposición (de manera consciente o inconsciente) a asumir riesgos si recibe algo a cambio (no necesariamente material). Podemos arriesgarnos a tirarnos en paracaídas porque esperamos tener un subidón de adrenalina, con un riesgo más o menos controlado; podemos arriesgarnos a pedir para salir a la chica de nuestros sueños (gran recompensa si dice que sí), o no hacerlo porque nuestra aversión al fracaso es muy elevada; podemos invertir en bolsa en este momento de gran incertidumbre (con altas probabilidades de ganancia o pérdida), o mantener nuestro dinero debajo del colchón.

En los próximos post trataré de poner ejemplos sencillos de los diferentes riesgos a los que nos enfrentamos (los expertos los suelen llamar riesgo de crédito, de mercado, operacional…). Para ello voy a suponer que tenemos una carnicería, un negocio que será sencillo de entender para la mayoría de la gente, comprar carne, industrializarla y venderla al público. También explicaré cómo cada uno de estos riesgos está presente en nuestra vida diaria, de qué manera estamos expuestos, y de qué manera podemos “cubrirnos” de ellos.

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17 de diciembre de 2008

Bienvenido Iker

Después de mucho tiempo amenazando con ello, por fin, mi hermano Iker ha decidido sumarse a la plantilla de colaboradores de RichDadClub.es.

Iker ha trabajado más de siete años en Deloitte, primero como auditor y posteriormente como consultor. Su especialidad es el análisis y control de riesgos en entidades financieras. En 2002 puso en marcha dos empresas para gestión profesional de entidades deportivas que, por desgracia, no llegaron a buen puerto.

Aunque no cree para nada en las ideas de Kiyosaki, sus conocimientos de riesgos son muy aprovechables por cualquiera que quiera aprender a invertir. En RichDadClub hablará sobre todo de eso, de riesgos.

Bienvenido Iker.

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16 de diciembre de 2008

Decimonovena reunión en Valencia

El 22 de noviembre se celebró en Valencia la decimonovena reunión. Esta vez me acerqué yo, pero dado que hubo dos partidas y yo estuve pululando de una a otra, he conseguido dos cronistas para contar lo que aconteció en cada partida. Muchas gracias a Alejandro y a Marielena.

Alejandro se encargó de organizar la reunión y me vino a buscar a la parada de la estación de autobuses a primera hora, pero mejor que os lo cuente él:

Aunque habíamos quedado a las 10'00h. en una Cafetería, fue realmente a las 7'00h. cuando comenzó dicha reunión, ya que a esa hora me encontraba con Jaizki en la Estación de Autobuses, donde él llevaba hora y media esperando, tras una larga travesía de 9 horas. ¡¡Vaya par de ...!!

Tuvimos ocasión de hablar sobre inversiones, oportunidades, criterios para valorar negocios en marcha, etc. Realmente fue un auténtico lujo tenerlo "a mano".

Ya en el lugar establecido para la 19ª Reunión de Valencia, los primeros puntuales ya fuimos suficientes para cubrir un tablero de los dos que Jaizki traía consigo, y tras la explicación de las reglas básicas del juego, comenzamos a lanzar los "dados de las ratas". Rafa tuvo el honor de comenzar la partida.

Salvo Jaizki, el resto era la primera o como mucho la segunda vez que jugábamos, por lo que lo teníamos como "maestro de juego". Y no sólo en nuestra mesa, sino que cuando fueron llegando el resto de asistentes, se montó una segunda mesa con el otro tablero de que disponíamos. ¡Adivinad!, Jaizki iba de una a otra mesa, jugando su ficha y enseñándonos a jugar las nuestras...

En la mesa en que yo me encontraba, hubo un denominador común a todos los jugadores, y es que pasamos inevitablemente por la pérdida de empleo, como si el juego nos quisiera recordar su similitud con la vida real y la "crisis" actual. De hecho, alguno fue despedido un par de ocasiones.

Al principio, cogíamos cartas de negocios pequeños, excepto Jaizki que optó por la estrategia "kamikaze" y fue el primero en comenzar a levantar cartas de grandes negocios.

Fueron especialmente instructivos los consejos y explicaciones que Jaizki daba a Mª José, que empezó a hacer dinero rápidamente y se emocionaba con tanto billete en la mano... En concreto, le detalló las 3 comparaciones que debía tener en cuenta a la hora de determinar el precio a pagar por una oportunidad:

1º) Calcular los ingresos pasivos necesario para salir de la carrera de la rata y el dinero en mano. Si por ejemplo necesitase $1.000 de ingresos pasivos más y tuviese $10.000 ahorrados, podría pagar $10 por cada dólar de ingresos pasivos que generase una oportunidad.

2º) Fijarse en el tipo de deudas que mantenía y sobre todo en la de mayor interés que pagaba, de manera que el dinero que pudiera invertir le reportara siempre un interés mayor o un interés parecido y posibilidad de revalorización futura. En caso contrario, sería más interesante cancelar la deuda pendiente.

3º) Comparar la oportunidad con la media de las oportunidades en el juego. El 4% mensual puede ser una estimación bastante aproximada en el juego.

Rafa por su parte se convirtió en un inversor en monedas de oro, sin tener la posibilidad de venderlas antes de que decidiéramos guardar los tableros y comer. En ese momento, todos comenzábamos a disponer de suficiente liquidez para afrontar grandes negocios, y ahí nos quedamos. Salvo Jaizki, cuya aventura "kamikaze" lo llevó a su segunda quiebra, desde que comenzó a jugar años atrás. Desde el principio de la partida nos insistía que no actuáramos nunca así en la "vida real"...

Dejemos que Marielena nos cuente lo que sucedía mientras tanto en la otra partida:

La partida comenzó sobre las doce. Jaizki tuvo que darnos ciertas orientaciones sobre el juego porque muchos de nosotros nunca lo habíamos jugado. En la repartición de las profesiones resultaron Ángela y Manuel los más perjudicados, siendo Ángela Conserje y Manuel Mecánico, los demás éramos: Víctor Gerente, Nacho Enfermero y Eduardo Médico. Yo no me pude quejar ya que era Piloto Aéreo.

Comenzamos con dificultad intentando comprender todas las reglas del juego, nos costó pillar el tema de escribir todo en nuestros registros de estado de cuentas y balance general pero enseguida captamos la dinámica; al principio todos deseábamos pasar por la casilla de sueldo y cobrar, y lógicamente huíamos de destapar una carta de gran negocio.

La primera agraviada por los caprichos fue Ángela, forzada a adquirir un yate de lujo, endeudándose y disminuyendo su flujo mensual, al menos nos invitó a los demás a pasear en su yate.

La segunda en adquirir responsabilidades fui yo, al tener un hijo ya en la primera ronda, no era mi proyecto de vida pero a veces los hijos vienen inesperadamente.

Eduardo fue el jugador más agresivo, comenzando por adquirir propiedades pequeñas y después comprando cualquier oportunidad de negocio que se le pasara.

Manuel jugó de manera conservadora, rechazando algunas inversiones y luego optando por bonos y acciones.

Lo más divertido fue negociar las oportunidades y subastarlas; descubrimos que Víctor tiene madera para negociar y llevar las cifras hasta el límite, algunas subastas fueron encarnizadas, yo misma participé en algunas pero no pude soportar la presión y me retiraba…

Cuando comenzamos a tomar confianza con el juego, todos estábamos al acecho de viviendas para alquilar u oportunidades de negocio, aunque el que más arriesgó y adquirió inversiones fue Eduardo. Su auditor, Nacho, intentaba seguir el ritmo de los cambios en su estado de cuentas, vigilando que no le se escapara ningún número.

También descubrimos que los más caritativos fueron Ángela, Víctor y Eduardo, haciendo repetidas donaciones a la caridad. Conforme aumentaban nuestras deudas con el banco, también aumentaban nuestros ingresos pasivos, y esto nos mantenía muy motivados. Una jugada en particular fue muy interesante: me salió una oportunidad de negocio que daba 11.000€ de flujo positivo, ¡fue increíble! Por supuesto la acepté y a partir de ahí ya nada me detendría.

En repetidas ocasiones necesitábamos de la voz de la experiencia (Jaizki) para que nos asesorara sobre algunas decisiones financieras (¿debo comprar esto?, ¿Qué deuda me quito primero? etc.) Fue muy interesante ver cómo nos hacía pensar por nosotros mismos, es decir, no hay una respuesta mágica para todo, cada situación tiene sus pro y sus contras.

Nos dieron las tres y media, y a pesar de que el juego estaba súper entretenido y cada vez estábamos más cerca de salir de la carrera de la rata, nuestros estómagos hacían otro reclamo. Por unanimidad decidimos parar el juego para comer. Estoy segura de que con una hora más de juego muchos habríamos estado en la vía rápida…

Por mi parte puedo decir que el juego me fascinó sobre todo por el parecido con la vida real, me quedé con muchas ganas de jugar más para despejar dudas y dominar el juego, además tengo una cuenta pendiente… ¡debo salir de la carrera de la rata!...


Antes recoger la mesa nos hicimos la foto de rigor:


De izquierda a derecha. En la fila superior: Miguel, Ángela, Nacho, Marielena, Víctor y Mª José. En la fila inferior: Jaizki, Manuel, Rafa, Fran, Alejandro y Eduardo.


María José y Miguel se tuvieron que ir, pero el resto nos quedamos a comer y comentamos lo que hacíamos cada uno. Después nos pusimos a charlar sobre distintas inversiones y nos dierno las siete de la tarde sin enterarnos.

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15 de diciembre de 2008

Entradas para no olvidar: diciembre 2008

Prácticamente desde que nació RichDadClub.es, existe un sistema de valoración de entradas para que aquellas que más gusten o más interés despierten estén siempre a mano. En la barra lateral derecha aparecen en todo momento las 10 entradas más valoradas y las 10 más votadas.

Para evitar que caigan en el olvido, recojo aquí todas las entradas que a pesar de haber recibido una buena valoración no están según los criterios actuales entre las más valoradas o las más votadas. Se quedan fuera aquellas que no alcanzan suficientes votos como para aparecer en el informe sobre RichDadClub.es de Qualitativo.com.

TítuloVotosMedia
Hacer, aprender y disfrutar del camino234.35
Tardamos más en elegir la tapicería del coche que un fondo de inversión214.33
La regla del 72454.20
Otra visión sobre la inversión inmobiliaria464.17
Principio de ondas de Elliot284.11
El futuro fue ayer584.03
JASP*, ¿y de cultura financiera qué?314.03

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