21 de abril de 2006

La carrera de la rata, te atrapa

En mi grupo de amistades, hay un poco de todo. Estudiantes (sin dinero), jóvenes trabajadores (dinero normalito) y afortunados herederos (mucho dinero).

Uno de estos últimos, de vez en cuando, se marca invitadas cuando nos juntamos los amigos y nos paga algunas copas.
Es muy esplédido y trabaja en la empresa del padre con muy buen sueldo. Tiene su buen cochecito (Mercedes) y vive en una gran casa familiar. Y todo se lo gasta en caprichos.

Bueno, pues hace poco fuimos de viaje y venía este amigo, pero tuvo una actitud algo distinta. Ya no sólo no invitó a nada durante todo el viaje (algo voluntario, por generosidad) sino que estuvo algo receloso con los gastos, pidiendo controlarlos.
Nosotros sorprendidos por su actitud, le preguntamos por el cambio, si ocurría algo en su casa pero todo es porque han cambiado sus prioridades:

Su novia quiere que se vayan a vivir juntos (comprar una casa), él quiere cambiar su ya muy buen coche por otro (Porsche) y si le sumamos el gran ritmo de vida que se ha acostumbrado a llevar, con el magnífico sueldo ya no le va tan sobrado.

Ahora está viendo de donde ahorrar o como trabajar más para que el padre le pague más dinero, cosa que por ahora le niega. También ha anulado un viaje que teníamos planeado.

Y es que creo que por desgracia, mi amigo ha caido en la carrera de la rata. Ya lo que tiene no le parece suficiente, quiere más, pero durante todo este tiempo de bonanza no ha invertido ni un solo duro ni buscado algún plan para aumentar sus ingresos, aparte de los de su trabajo. Si no pone remedio, pasará de trabajar para vivir como ha hecho estos años, a vivir para trabajar y pagar facturas y gastos.

Hay que estar bien atentos, porque la carrera de la rata de atrapa casi sin darte cuenta.

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