16 de diciembre de 2008

Decimonovena reunión en Valencia

El 22 de noviembre se celebró en Valencia la decimonovena reunión. Esta vez me acerqué yo, pero dado que hubo dos partidas y yo estuve pululando de una a otra, he conseguido dos cronistas para contar lo que aconteció en cada partida. Muchas gracias a Alejandro y a Marielena.

Alejandro se encargó de organizar la reunión y me vino a buscar a la parada de la estación de autobuses a primera hora, pero mejor que os lo cuente él:

Aunque habíamos quedado a las 10'00h. en una Cafetería, fue realmente a las 7'00h. cuando comenzó dicha reunión, ya que a esa hora me encontraba con Jaizki en la Estación de Autobuses, donde él llevaba hora y media esperando, tras una larga travesía de 9 horas. ¡¡Vaya par de ...!!

Tuvimos ocasión de hablar sobre inversiones, oportunidades, criterios para valorar negocios en marcha, etc. Realmente fue un auténtico lujo tenerlo "a mano".

Ya en el lugar establecido para la 19ª Reunión de Valencia, los primeros puntuales ya fuimos suficientes para cubrir un tablero de los dos que Jaizki traía consigo, y tras la explicación de las reglas básicas del juego, comenzamos a lanzar los "dados de las ratas". Rafa tuvo el honor de comenzar la partida.

Salvo Jaizki, el resto era la primera o como mucho la segunda vez que jugábamos, por lo que lo teníamos como "maestro de juego". Y no sólo en nuestra mesa, sino que cuando fueron llegando el resto de asistentes, se montó una segunda mesa con el otro tablero de que disponíamos. ¡Adivinad!, Jaizki iba de una a otra mesa, jugando su ficha y enseñándonos a jugar las nuestras...

En la mesa en que yo me encontraba, hubo un denominador común a todos los jugadores, y es que pasamos inevitablemente por la pérdida de empleo, como si el juego nos quisiera recordar su similitud con la vida real y la "crisis" actual. De hecho, alguno fue despedido un par de ocasiones.

Al principio, cogíamos cartas de negocios pequeños, excepto Jaizki que optó por la estrategia "kamikaze" y fue el primero en comenzar a levantar cartas de grandes negocios.

Fueron especialmente instructivos los consejos y explicaciones que Jaizki daba a Mª José, que empezó a hacer dinero rápidamente y se emocionaba con tanto billete en la mano... En concreto, le detalló las 3 comparaciones que debía tener en cuenta a la hora de determinar el precio a pagar por una oportunidad:

1º) Calcular los ingresos pasivos necesario para salir de la carrera de la rata y el dinero en mano. Si por ejemplo necesitase $1.000 de ingresos pasivos más y tuviese $10.000 ahorrados, podría pagar $10 por cada dólar de ingresos pasivos que generase una oportunidad.

2º) Fijarse en el tipo de deudas que mantenía y sobre todo en la de mayor interés que pagaba, de manera que el dinero que pudiera invertir le reportara siempre un interés mayor o un interés parecido y posibilidad de revalorización futura. En caso contrario, sería más interesante cancelar la deuda pendiente.

3º) Comparar la oportunidad con la media de las oportunidades en el juego. El 4% mensual puede ser una estimación bastante aproximada en el juego.

Rafa por su parte se convirtió en un inversor en monedas de oro, sin tener la posibilidad de venderlas antes de que decidiéramos guardar los tableros y comer. En ese momento, todos comenzábamos a disponer de suficiente liquidez para afrontar grandes negocios, y ahí nos quedamos. Salvo Jaizki, cuya aventura "kamikaze" lo llevó a su segunda quiebra, desde que comenzó a jugar años atrás. Desde el principio de la partida nos insistía que no actuáramos nunca así en la "vida real"...

Dejemos que Marielena nos cuente lo que sucedía mientras tanto en la otra partida:

La partida comenzó sobre las doce. Jaizki tuvo que darnos ciertas orientaciones sobre el juego porque muchos de nosotros nunca lo habíamos jugado. En la repartición de las profesiones resultaron Ángela y Manuel los más perjudicados, siendo Ángela Conserje y Manuel Mecánico, los demás éramos: Víctor Gerente, Nacho Enfermero y Eduardo Médico. Yo no me pude quejar ya que era Piloto Aéreo.

Comenzamos con dificultad intentando comprender todas las reglas del juego, nos costó pillar el tema de escribir todo en nuestros registros de estado de cuentas y balance general pero enseguida captamos la dinámica; al principio todos deseábamos pasar por la casilla de sueldo y cobrar, y lógicamente huíamos de destapar una carta de gran negocio.

La primera agraviada por los caprichos fue Ángela, forzada a adquirir un yate de lujo, endeudándose y disminuyendo su flujo mensual, al menos nos invitó a los demás a pasear en su yate.

La segunda en adquirir responsabilidades fui yo, al tener un hijo ya en la primera ronda, no era mi proyecto de vida pero a veces los hijos vienen inesperadamente.

Eduardo fue el jugador más agresivo, comenzando por adquirir propiedades pequeñas y después comprando cualquier oportunidad de negocio que se le pasara.

Manuel jugó de manera conservadora, rechazando algunas inversiones y luego optando por bonos y acciones.

Lo más divertido fue negociar las oportunidades y subastarlas; descubrimos que Víctor tiene madera para negociar y llevar las cifras hasta el límite, algunas subastas fueron encarnizadas, yo misma participé en algunas pero no pude soportar la presión y me retiraba…

Cuando comenzamos a tomar confianza con el juego, todos estábamos al acecho de viviendas para alquilar u oportunidades de negocio, aunque el que más arriesgó y adquirió inversiones fue Eduardo. Su auditor, Nacho, intentaba seguir el ritmo de los cambios en su estado de cuentas, vigilando que no le se escapara ningún número.

También descubrimos que los más caritativos fueron Ángela, Víctor y Eduardo, haciendo repetidas donaciones a la caridad. Conforme aumentaban nuestras deudas con el banco, también aumentaban nuestros ingresos pasivos, y esto nos mantenía muy motivados. Una jugada en particular fue muy interesante: me salió una oportunidad de negocio que daba 11.000€ de flujo positivo, ¡fue increíble! Por supuesto la acepté y a partir de ahí ya nada me detendría.

En repetidas ocasiones necesitábamos de la voz de la experiencia (Jaizki) para que nos asesorara sobre algunas decisiones financieras (¿debo comprar esto?, ¿Qué deuda me quito primero? etc.) Fue muy interesante ver cómo nos hacía pensar por nosotros mismos, es decir, no hay una respuesta mágica para todo, cada situación tiene sus pro y sus contras.

Nos dieron las tres y media, y a pesar de que el juego estaba súper entretenido y cada vez estábamos más cerca de salir de la carrera de la rata, nuestros estómagos hacían otro reclamo. Por unanimidad decidimos parar el juego para comer. Estoy segura de que con una hora más de juego muchos habríamos estado en la vía rápida…

Por mi parte puedo decir que el juego me fascinó sobre todo por el parecido con la vida real, me quedé con muchas ganas de jugar más para despejar dudas y dominar el juego, además tengo una cuenta pendiente… ¡debo salir de la carrera de la rata!...


Antes recoger la mesa nos hicimos la foto de rigor:


De izquierda a derecha. En la fila superior: Miguel, Ángela, Nacho, Marielena, Víctor y Mª José. En la fila inferior: Jaizki, Manuel, Rafa, Fran, Alejandro y Eduardo.


María José y Miguel se tuvieron que ir, pero el resto nos quedamos a comer y comentamos lo que hacíamos cada uno. Después nos pusimos a charlar sobre distintas inversiones y nos dierno las siete de la tarde sin enterarnos.

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