16 de febrero de 2009

El riesgo de no hacer nada

Hoy, en lugar de hablar de un riesgo concreto, y a petición de Jaizki voy a hablar sobre el riesgo de no hacer nada. Como ya he comentado en más de una ocasión “toda la vida es riesgo y los riesgos, riesgos son”, y “el riesgo ni se crea ni se destruye, se transforma”. Trataré de explicarme.

A mi me gusta hacer viajes de los denominados “exóticos” y cuando lamentablemente hace dos años unos turistas murieron en Yemen, un amigo me dijo “a ver si te das cuenta que a esos sitios no hay que ir”. Mi amigo Jorge parte del concepto que uno corre más riesgo estando en un país como Yemen que si por ejemplo estás en Nueva York, y probablemente el índice de actos violentos por habitante en este segundo lugar es muchísimo mayor que en el primero. No voy a entrar a valorar si en uno u en otro hay mayor riesgo, pero desconocemos más la realidad de Yemen que la de Nueva York (que vemos continuamente en películas) por lo que lo asociamos a mayor incertidumbre y mayor riesgo.

Si lo trasladamos al mundo de los negocios, nuestro entorno nos ha enseñado a tener un trabajo por cuenta ajena, comprar una casa en propiedad, tener el dinero metido en el banco… porque son los elementos de “certidumbre” que nos hacen sentir seguros. Sin embargo, recientemente hemos visto que las premisas “el precio de los pisos nunca ha bajado”, o “el dinero en el banco está seguro” ya no son tan válidas como antes.

Frente a esto, hay gente que realiza inversiones en distintos tipos de negocios y algunos les llamamos locos, porque se alejan de lo establecido, y por lo tanto de la “certidumbre”. Sin embargo, estos últimos si cuando montan el negocio estudian bien el sector, los riesgos inherentes al mismo, y realizan una gestión adecuada seguro que tienen menos riesgo que los primeros.

Cuando yo voy de viaje a un país de los denominados “del tercer mundo” me informo de las zonas problemáticas, de las vacunas que me tengo que dar… Sin embargo, hay gente que se va de vacaciones a un país desarrollado y no toma ninguna precaución porque lo supone seguro.

En cierta ocasión una madre le dijo a uno de sus dos hijos (con empleo estable por cuenta ajena) – hijo, cuando yo falte cuida de tu hermano, que no duerma debajo de un puente. A lo que el otro hermano (un díscolo metido en mil negocios) respondió – madre, tiene más riesgo mi hermano que yo. Él depende de su sueldo, y si le echan no tendrá dinero para pagar la casa y sus gastos. Sin embargo yo tengo muchos negocios, y si alguno va mal otro irá bien, y adapto mis gastos a lo que tengo.

En definitiva, el que hace lo que hace todo el mundo también tiene riesgos, y seguramente más que alguien que se sale de los convencionalismos porque éste último gestiona el riesgo.

Etiquetas:

10 de febrero de 2009

Riesgo reputacional - ¿Qué pasa si un cliente ve cucarachas en mi carnicería?

Podemos definir el riesgo reputacional como la posibilidad de que nuestra carnicería incurra en pérdidas de valor como consecuencia de un deterioro en la percepción de nuestros clientes o proveedores tienen de nosotros. Este deterioro en la imagen puede deberse a causas reales (por ejemplo, un cliente ha visto cucarachas en nuestro local, lo cuenta y pierdo clientes) o ficticias (aunque no existan esas cucarachas, alguna persona se ha dedicado a extender bulos sobre nuestro local).

Este es uno de los riesgos más difíciles de gestionar y es la causa del cierre de muchas empresas. Algunos ejemplos:
  1. El pasado año el Banco de Inglaterra anunció que el banco Northern Rock había solicitado una línea especial de financiación. En pocas horas la gente fue en masa a ese banco formando colas para retirar el dinero. El banco era económicamente solvente, pero cualquier entidad financiera minorista tiene sus activos invertidos a largo plazo (hipotecas) financiados con pasivos a corto y medio plazo (depósitos de los clientes y de otras entidades de crédito), por lo que tuvo que ser rescatada por el gobierno para que la gente se calmase.

  2. Una noticia que afortunadamente no se ha divulgado mucho sucedió poco después en España. Un aldeano oyó en la radio que una entidad financiera había quebrado. El aldeano entendió que las siglas de la entidad quebrada eran las de su Caja de Ahorros, y fue corriendo al pueblo a contar lo sucedido, y todo el pueblo fue a la sucursal a sacar su dinero. La caja en cuestión estuvo dos días mandando furgones blindados a ese pueblo para que todo el mundo pudiera recuperar su dinero, y no se extendiese la noticia que sí podría haber supuesto su cierre.

  3. Otros casos que tienen un impacto reputacional claro, son el caso Madoff (el Banco Santander ha anunciado que se hará cargo de las pérdidas de sus clientes minoristas), los bulos que aparecen de vez en cuando sobre el contenido de las hamburguesas de Mcdonald’s, o la calidad de ciertos restaurantes…

Como vemos, las causas de este riesgo, pueden ser reales o ficticias, por lo que su gestión es muy compleja, y estimar las pérdidas que puede ocasionar también es muy difícil.

Para mitigarlo lo mejor es hacer las cosas bien, tener nuestra carnicería limpia, atender muy bien a los clientes, dar un excelente género, pero esto no nos libra de que alguien extienda un bulo sobre nuestra carnicería. Externalizarlo es también complejo, por lo que nos queda únicamente asumirlo.

Recordemos que un cliente satisfecho se lo dirá a 7 personas, un cliente insatisfecho se lo dirá a 7 veces 7. El riesgo reputacional es precisamente esto, es imprescindible mantener a los clientes satisfechos, porque de ello depende el buen fin de nuestro negocio.

Etiquetas:

4 de febrero de 2009

Cobertura de riesgos - ¿debo contratar un seguro? ¿cómo puedo asegurar el precio del cerdo?

Después de haber tratado en los últimos post los principales riesgos a los que se enfrenta nuestra carnicería (crédito, mercado, operacional, legal, liquidez) voy a tratar de dar unas nociones sobre el concepto de cobertura del riesgo.

En todos los riesgos que he descrito anteriormente he comentado que existen siempre tres alternativas de gestión: asumirlo, mitigarlo o externalizarlo (asegurarlo). Será de esta tercera alternativa de gestión de la que hablaré a continuación.

Comencé esta serie de artículos sobre riesgos parafraseando a Calderón diciendo aquello de “toda la vida es riesgo y los riesgos, riesgos son”, hoy aporto una nueva frase “el riesgo ni se crea, ni se destruye, se transforma”.

En ocasiones, oímos en los medios de comunicación económicos, o cuando vamos a nuestro banco cosas como “este producto no tiene ningún riesgo, es seguro”, y los que nos dedicamos al mundo financiero en el día a día oímos frases como “esto es una cobertura perfecta”, “tenemos el riesgo cubierto”… Lamentablemente ya definimos el riesgo como incertidumbre, y por suerte o por desgracia no hay nada cierto en esta vida.

Pongamos un par de ejemplos:
  1. Queremos asegurar nuestra carnicería frente al riesgo de incendio, robo… (riesgo operacional) y para ello vamos a una correduría de seguros a contratar una póliza de seguros multiriesgo que nos cubra las contingencias mencionadas anteriormente. Pagamos una prima de x euros, lo que nos permite dormir tranquilos porque ya no vamos a tener problemas en caso de incendio, robo…
    Al de un mes de tener la póliza sufrimos el incendio de nuestra carnicería. Se ha producido un evento de riesgo operacional (el incendio), pero la aseguradora nos pagará los daños. Sin embargo, tenemos que cerrar la carnicería durante 3 meses, con las consiguientes pérdidas económicas que esto nos supone. Es decir, cuando medimos nuestro riesgo, una vez cubierto es posible que no estemos cubriendo el 100% de las pérdidas que ese evento nos produciría.

    En lugar de un incendio, se ha producido un robo. Presento la denuncia a la aseguradora, y la aseguradora se declara en suspensión de pagos. Efectivamente había cubierto un riesgo operacional, pero me ha surgido un nuevo riesgo (riesgo de crédito). “El riesgo ni se crea, ni se destruye, se transforma”

  2. Queremos tener estable el precio de nuestra materia prima, la carne de cerdo. Para ello contratamos un seguro sobre el precio del cerdo con nuestro banco. El precio del cerdo baja mucho (riesgo de mercado), y nuestro derivado comienza a tener valor. Voy al banco a cobrar lo que me corresponde, el banco ha quebrado y no cobro (riesgo de crédito).

    No necesariamente todos los riesgos asegurados, se convierten en riesgo de crédito. En nuestro día a día, podemos tener pérdidas cubiertas por el seguro, pero no efectuamos correctamente los procedimientos establecidos por el seguro (riesgo operacional), y esto nos supone que no cobremos en caso de que se produzca el riesgo.

¿Significa esto que no debemos cubrir nuestros riesgos? En absoluto, pero debemos ser conscientes que cuando cubrimos un riesgo lo debemos hacer con entidades solventes, sabiendo que estamos asumiendo nuevos riesgos, y conociendo lo que supondría para nosotros el que se produjera un evento de riesgo.

Por eso, si alguien os dice que montar un negocio tiene mucho riesgo o que estáis locos, le podéis decir que por desgracia no hay nada seguro al 100%, que él también tiene riesgos y que probablemente no es consciente de ellos, porque “toda la vida es riesgo y los riesgos, riesgos son”.

Etiquetas:

1 de febrero de 2009

Cashflow y Riqueza. ¿Son lo mismo?

Augusto Peralta que, entre otras muchas cosas, es consultor en Marketing y Finanzas y creador de la Primera comunidad Cashflow en el Perú, nos envía una colaboración sobre los conceptos de cashflow y riqueza. Espero que os guste.

Entre la riqueza y la pobreza contrariamente a lo que la mayoría de la personas piensan, la diferencia no está en el tema del dinero, ni en nada material que podamos acumular como si se tratara de guisantes en un saco.

En verdad la riqueza es una consecuencia, es el “efecto” de una causa previa. Esta causa previa debe de ser diferente a lo hecho por Bansir (personaje principal de "El Hombre más Rico de Babilonia" de George S. Clason.) que sólo contemplaba su casa y su taller quedandose triste y sin acción.

La riqueza tampoco es producto del ahorro, ni depende de estar en el negocio correcto. Todo está relacionado con la causa y el efecto, es decir, hacer las cosas de la manera “correcta”. La riqueza es la manera en como cada uno de nosotros utiliza lo que en algún momento ahorró. Es decir, si hemos venido ahorrando durante un tiempo y hemos juntado una cantidad de dinero, eso no es riqueza, la riqueza es cuanto dinero gana para mí, aquello que he ahorrado con tanto esfuerzo.

El mundo del dinero tiene su propio lenguaje y si queremos tener éxito, debemos de conocerlo y dominarlo. Para esto es necesario utilizar y comprender diferentes términos e instrumentos.

El cashflow es únicamente el camino que toma el dinero dentro del negocio en el que estamos, o en nuestra economía personal. Por lo tanto, el cashflow es el paso previo a la riqueza, pero no es suficiente. Para poder entender que es el cashflow pondremos un pequeño ejemplo. Usted recibe US$1.000,00 dólares. Entonces tiene varias alternativas para su uso. Puede salir a comer, puede comprarse una bicicleta, puede pagar la luz, el agua, pude comprarse un celular nuevo, o puedo hacer varias de estas cosas. Con esto podemos ver que una solo cantidad de dinero se puede utilizar en diferentes cosas es decir su flujo (cashflow) puede ser muy variado. Para un mejor entendimiento se adjunta un cuadro de cashflow.

La primera herramientas el presupuesto y lo podremos controlar mediante el flujo de caja o cashflow. Antes de poder buscar la riqueza, debemos de tener una imagen clara y definida de lo que queremos. Esto es la creación de un blanco u objetivo, permanecer enfocados en él, y resolver cualquier situación interna o externa que nos pueda desviar del mismo.

Este objetivo debe de tener 4 características fundamentales para ser considerado como tal:
  1. Debe ser posible, realista.- Esta característica es fundamental, pues si coloco quiero tener un millón de dólares para el 30 de Diciembre de este año estoy siendo poco realista, pues soy un trabajador que gana US$1.000,00 dólares mensuales y no tengo ningún tío rico que me pueda heredar esta cantidad.

  2. Debe de ser medible.- debo de poder irlo controlando de acuerdo a como lo voy obteniendo, es decir, quiero ahorrar este año US$5.000,00 dólares, es claro que no podré tener los US$5.000,00 dólares para el 15 de enero sino cada mes tendría que juntar US$416,16 dólares mensuales.

  3. Debe de ser cuantificable. El haber dicho US$ dólares lo hace cuantificable, es decir sabré cuando lo he conseguido.

  4. Debe de ser compatible con otros objetivos, es decir si digo deseo tener una casa en Acapulco como uno de mis objetivos, y mi otro objetivo es deseo vivir en Groenlandia porque me gusta el frío. No son compatible ¿verdad?

Una vez establecidos nuestros objetivos, podemos comenzar a hacer uso de una poderosa herramienta, el flujo de caja (cashflow), con esta herramienta podremos determinar hacia a donde va nuestro dinero y podremos redireccionarlo de ser necesario, para que cubra gastos realmente importantes y se disminuyan o eliminen los puntos que no son esenciales.

De todo este control la parte fundamental es lo que destinamos al ahorro, (este debe de partir de nuestros hábitos de realizarlo para el largo plazo), esta es la manera en como damos inicio al camino hacia nuestro objetivo final, la “riqueza”, no olvidar, la “riqueza” es lo que se acumula y nos hace ganar más dinero, no lo que se gana, ni lo que se gasta.

Después de haber obtenido un monto suficiente mediante el ahorro a llegado el momento de hacerlo fructificar. Esto se logra poniendo el dinero a trabajar para nosotros. Debemos de comenzar con pequeños proyectos o negocios que nos ayudarán a ir obteniendo experiencia y preparándonos para ingresar en el mundo de los negocios grandes.

No olvidemos lo importante que es mantenernos enfocados en nuestro objetivo final, “la riqueza”. El cashflow es la manera en como podemos ir controlando nuestro avance hacia ella y no perdernos en el camino. Es decir si sabemos cual es el destino de cada uno de nuestros dólares, tenemos el poder para decidir en que gastarlos, en que no, en que invertirlos y en que no.

En resumen lo que se debe de hacer para poder acercarnos a la riqueza es:

- Gastar menos de lo que ganamos
- Ser eficientes en el uso del tiempo, el dinero y la energía.
- Dar mayor prioridad a la independencia financiera que a la posición social.
- Esforzarse mucho
- Enseñar a nuestras familias a ser autosuficientes económicamente.
- Enfocarnos en las oportunidades que surgen del mercado.
- Crear y hacer crecer nuestro propio negocio.

Si tenemos en cuenta estos puntos, veremos que con el tiempo llegaremos a la ansiada independencia financiera.

Etiquetas: ,