12 de enero de 2009

Riesgo de liquidez - ¿Podré atender el pago de la nómina de mis empleados? ¿Podré vender mi vieja casa para pagar la nueva?

El riesgo de liquidez podría definirse como las pérdidas que nuestra carnicería pueda sufrir como consecuencia de no poder atender los compromisos de pago con terceros, como consecuencia del desfase entre las deudas a pagar inmediatas y los cobros esperados a medio/largo plazo.

Pongamos el caso de que nuestra carnicería ha comenzado a vender mucha cantidad de género a restaurantes, y éstos me dicen que me pagarán al cabo de 90 días. Sin embargo, mi proveedor de carne en el matadero me exige el pago al contado. En estas circunstancias, si no tengo un dinero disponible para atender los pagos del corto plazo (nóminas de empleados, recibos de luz, agua, gas…) puedo ir a pedir un préstamo al banco para que financie mi circulante (las deudas que mis clientes tienen conmigo a corto plazo) y en caso de que me lo denieguen tendré un problema de falta de liquidez y podré incurrir en una suspensión de pagos.

La falta de liquidez es uno de los problemas principales de la crisis económica que vivimos actualmente. Los bancos han prestado mucho dinero a las familias mediante hipotecas pagaderas generalmente a 30 años y para financiarse por un lado han lanzado emisiones de bonos entre 3 y 5 años, han captado depósitos de clientes con vencimientos a 1 ó 2 años, y sobre todo financiación interbancaria entre 1 día y 6 meses generalmente.

La quiebra de algunos bancos americanos y las dificultades en otros muchos americanos y europeos ha llevado a que los bancos no se fíen entre ellos, y que el Banco Central Europeo, la Reserva Federal Estadounidense y otros Bancos Centrales hayan dado liquidez absoluta a los bancos para que no suspendan pagos.

A su vez, los bancos han reducido los préstamos y líneas de crédito que conceden, ya que no tienen liquidez para prestar, al tener que ir pagando los depósitos de clientes y la financiación de bancos centrales y los vencimientos de los bonos emitidos.

En esta situación, nuestro banco habitual nos ha denegado el crédito y no hemos podido pagar la nómina de los empleados de nuestra carnicería, nos han cortado la luz y el teléfono y hemos tenido que cerrar 3 meses hasta que mis clientes han pagado la deuda que tenían conmigo.

Muchos de los resonados problemas empresariales de los últimos años se han debido no a problemas patrimoniales (quiebras) que implican que las sociedades no tienen patrimonio, sino a problemas financieros de falta de liquidez, que implican que las sociedades sí tienen activos que valen dinero, pero no los pueden vender a corto plazo para satisfacer sus deudas y se ven obligadas a la suspensión de pagos, y en ocasiones al cierre de la actividad porque en la venta forzosa y rápida de esos activos no recuperan su verdadero valor.

¿Estamos expuestos como individuos al riesgo de liquidez? Sin lugar a dudas sí. Todos aquellos que hemos comprado una casa mediante una hipoteca tenemos una gran exposición a este riesgo. Tenemos un activo con un valor muy considerable, pero poco líquido (tardaríamos mucho en venderlo, salvo que lo hiciéramos a un precio muy bajo), y por otro lado tenemos que atender todos los meses el pago de la hipoteca. En el supuesto en el que un mes dejemos de tener ingresos (retrasos en la nómina, situación de paro…) no podemos atender el pago de nuestra hipoteca. No tenemos un problema patrimonial (el activo que tenemos en condiciones normales debería valer más que la deuda que tenemos contraída con el banco), pero sí de falta de liquidez. Este problema puede ocasionar la ejecución forzosa de la casa (la hipoteca) y que sea vendida a un precio muy reducido, lo que me generará un problema patrimonial ya que tendré pérdidas.

¿Cómo gestionar el riesgo de liquidez? Como todos los riesgos podemos externalizarlo, asumirlo o mitigarlo.
  1. La externalización supondría la contratación de una asesoría que nos llevase la gestión financiera, la gestión de cobros y pagos, las líneas de crédito con bancos…
  2. Para mitigarlo se pueden llevar a cabo diferentes acciones:
    1. En la medida de lo posible cobrando al contado o a plazos cortos. Cuanto más “cobrables” sean nuestros activos a corto plazo, mejor.
    2. Negociando con nuestros acreedores pagar las deudas a largo plazo, préstamos a largo plazo en lugar de a corto plazo harán que podamos atender mejor los vencimientos.
    3. La relación entre cobros y pagos y sus vencimientos debe ser en la medida de lo posible proporcional. Los activos (inversiones) a largo plazo debemos financiarlos con pasivos (financiación) a largo plazo, y los activos a corto plazo, podemos financiarlos con pasivos a corto o a largo.
    4. Tener planes de tesorería a corto plazo (saber qué pagos voy a tener en los próximos días) y planes anuales (prever mis necesidades de liquidez a largo plazo, y procurar gestionar mis financiaciones a largo plazo).
    5. Si tengo muchas necesidades de liquidez, tener abiertas líneas de crédito en varias entidades financieras me puede ayudar en tiempos de falta de liquidez como el actual.
  3. En cualquier caso, éste es un riesgo que debemos asumir, tener muy en cuenta y gestionarlo.

De hecho, los departamentos financieros de las PYMEs dedican una gran parte de su tiempo a la gestión de bancos (gestión de la liquidez a corto plazo). Llevan previsiones de tesorería que se cumplen más o menos, y descuentan efectos, letras, pagarés, facturas… para atender los pagos a corto plazo. Sin embargo, por desgracia, la mayoría de las empresas no se para a realizar planes de liquidez a medio / largo plazo porque la vorágine del día a día se lo impide. De nuevo, la asunción del riesgo no implica gestionarlo (gestión implica acción).

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