27 de abril de 2007

Novena reunión en Valencia

El pasado domingo, día 22, se celebró la novena reunión en Valencia. Siguen organizando con dos al mes, y viendo como se lo pasan, no me extraña nada. Por segunda vez, la crónica la envía José Antonio, que parece que le va cogiendo el gusto a escribirlas, y a empezarlas buscando rivales de altura.

Hola de nuevo, aquí seguimos con nuestras 2 reuniones por mes. A ver si os animáis algunos a jugar a la versión virtual, y establecemos aquí una sana lucha de puntos :)

Nuestra reunión, cómo no, empezó con el Desayuno Oficial Rich Dad en el bar de siempre, en Pobla de Farnals Playa, donde vive Edu. Un pueblo de apartamentos cerca de la playa, que promete reuniones de Cashflow muy interesantes para este veranito.

Bueno, en esta ocasión todos éramos de la vieja guardia, ninguno nuevo se animó a venir (os lo estáis perdiendo). Éramos Eduardo, Dimitri, Jonathan y Jose Antonio (osea yo).

La partida ha sido de las más interesantes y memorables que se han jugado. Jugamos, ya lo sabéis, como en una pantalla de cine gracias al proyector de Edu.

Se empezó poniendo cada uno su nombre y eligiendo un sueño. Jonathan y yo, en un alarde pretencioso, nos pusimos apellidos algo conocidos: Jonathan fue “J. Buffet” y un servidor fue “J.A. Trump”. Edu y Dimitri prefirieron ser fieles a sí mismos.

Empieza la partida: cabe destacar los empleos particularmente difíciles que les tocaron a Edu y a Dimitri.

Edu no tengo muy claro qué era: vestía un mono azul con una gorra roja, y cobraba una miseria. Sus ahorros apenas le alcanzaban para un café. De hecho le salió una tarjeta de CAPRICHO por 300 euros, y tuvo que pedir un préstamo. Qué triste. Como dije, el empleo que era no lo tengo claro, pero Jonathan no tardó en bautizarlo como “lavaperros” :D Y con eso se quedó.

A Dimitri le salió el empleo de perrito piloto. Una nómina abultadísima pero cargada de gastos.

Y bueno.... a ver quién adivina cómo empezó la partida. Efectivamente, Dimitri sacó un pelotazo con las acciones. Empezamos a plantearnos seriamente si este tío tiene pirateado el juego a su favor... Lo que sí sabemos, es que en la próxima partida va a haber pelea por ver quién se pone de nombre “Dima”, para ver qué pasa. Bueno, pues va el tío y se compra 3.200 acciones. Y después se come una patatita. Tan pancho se queda. A ver qué hace esta vez con ellas...

A Jonathan le salió otro pelotazo, pero a precio inferior de su oscilación habitual (el precio mínimo eran 5 euros y le salieron a 1 euro). Pero ahhhh! Se siente! Pusimos una norma “anti-pelotazo” inquebrantable. El pobre se quedó algo frustrado al ver pasar semejante oportunidad :)

Y bueno ya sé que no os sorprenderá... pero al poco salieron las acciones de Dimitri al doble del precio que las compró, o sea a 10. ¿Las vendería todas? ¿O se arriesgaría de nuevo a ser víctima de mi crueldad al escribir el informe, vendiendo solo la mitad?

Pues va a ser que se arriesgaría. El chico tiene ideas fijas, y de nuevo, vende solo la mitad. En ese momento J.A. Trump se frotaba las manos (ver informe de reunión anterior para ponerse al día).

Edu saca una oportunidad de un 1/2 con la que no puede hacerse. Dimitri ofrece comprársela por 139 euros. 139. Ni 140 ni 135. Después de que Edu intentara negociaciones y que Dimitri no estuviera dispuesto a dar un céntimo más (le ofrecía esa cantidad para redondear los ahorros de Edu), justo cuando Edu está a punto de traspasarle la tarjeta, salta Jonathan ofreciendo 200. Ante un momento de duda por parte de Jonathan, Dimitri baja su oferta a 130. Estos rusos tienen muy mala gaita. Al final se la quedó Jonathan.

Yo hablo mucho de que hay que ser rápido en el juego, pero luego ahí me veis, pasando de todas las ofertas. Mirando muy bien cada duro que suelto. Y ahí tenía mi dinero muerto de risa, sin trabajar, esperando que me llegara algo bueno. Hasta tal punto llegó mi tacañería, que llegué al nivel de comprar directamente GRANDES OPORTUNIDADES. Me lanzo a la primera pero no la compro. Dimitri me la compra por 3.000, aunque no la podía pagar si no era endeudándose.

Edu saca un pelotazo, pero al ser un “lavaperros” y tener un cashflow pero que bastante humilde (y cuando digo bastante, es bastante), decide no arriesgarse y compra empleando sus ahorros. Gasta 2.000 en acciones a 5.

Curiosamente son las mismas acciones de Dimitri. Tal vez viendo la cara maquiavélica que se me iba poniendo por momentos, decide vender 500 de las aprox. 1.500 acciones que le quedaban., al mismo precio que las compró. Se queda con 1.000.

Lo que cabe destacar, a partir de aquí, es que este elemento no paraba de comprar todo aquello que se le pusiera a tiro. Compraba y compraba y compraba... aunque le resultara cashflow negativo. Dimitri tenía tantas cosas ya, que si alguien caía en Market, da igual prácticamente lo que saliera, que el tío tendría algo para vender.

Un poco más tarde, salieron las acciones de Dimitri y Edu, por el tope de precio. Hicieron una buena pasta. Esta vez os salió bien, chicos, y yo me quedo con las ganas de meteros caña.

Yo, harto de ver tanto movimiento y ver mi dinero sin trabajar... compro lo que parece una buena oportunidad: un 8-plex que me da 1.700 de flujo mensual, pero que resulta en negativo debido al préstamo necesario. No importa, poco a poco. Pues no. Acto seguido, empezaron a lloverme una ensalada de tortazos que ya no sabía ni por donde me venían: caprichos, despidos... todo lo que no me vino antes, me empezaba a venir ahora cuando no las podía hacer frente. Y eso me pasa por arriesgar demasiado por impaciente.

Ironías de la vida, es esta vez Trump el que oye aquello de “¡Estás despedido!”. La leche que me pegué preveo que me va a perseguir por una temporada en forma de cachondeo por parte de esta panda, porque así es amigos, he hecho historia. La primera BANCARROTA de Rich Dad Club Valencia, protagonizada por mí.

Jonathan “Buffet”, pudo comprar un 4-plex. Y el destino parecía volver a burlarse de él, mostrándole más tarde otro pelotazo con acciones de esos prohibidos por nosotros.

Dimitri sigue comprando y comprando, cual mujer en rebajas de enero.

Edu, el primero en saltar a la pista rápida. Trump en la calle y el “lavaperros” en la pista rápida con su descapotable. No tardó en delegar tareas, y es que, de vez en cuando se tiene la costumbre de que el que sigue en la carrera de la rata, hace de chofer. Por tanto ahí estaba Edu, en su independencia económica, ordenando “COMPRA COMPRA!”, tirado en el sofá y sin mover un músculo que no fuera la lengua.

Como veis, Edu sigue corrigiendo su desviación estadística, y le va muy bien. Y lo tenía bastante difícil con su sueldo. No le daba para mucho. Lo que sí que le ha pasado, es que ha salido “por los pelos”, lo que le daba un cashflow en la pista rápida de unos 80.000 euros, y eso no daba para muchas compras.

Como era de esperar, al final alguien cayó en MERCADO. Dimitri vendió dos de sus 3/2. Hasta el momento tenía muchos cashflows pero en negativo por los préstamos. Con estas dos ventas, se quitó un montón de préstamos de golpe, y su barra verde por poco revienta.

El tío salta a la pista rápida con un cashflow de 750.000. Espectacular. Muy bueno.

Cómo no, también delegó la tarea de conducir. A Jonathan claro, era el único que quedaba en la carrera de la rata. Yo estaba ocupado recuperándome del guantazo. Jonathan, por indicación de Dimitri, compraba en la pista rápida todo aquello que pillara. Da igual. Compró un montón de sueños que no eran de nadie.

Compra.... compra.... compra... TODO. Da igual. Decía que para que se lo llevara la mujer en un divorcio (como más tarde pasó), mejor se lo gastaba en sueños. Y es que le salía la pasta por las orejas.

Y chicos, a partir de aquí empieza lo bueno. Lo que a continuación ocurre eclipsa mi monumental caída. Dimitri le deja las indicaciones a Jonathan de que compre todo lo que pille, que él va al servicio. En su ausencia, aterriza en “Donativos”. Te da la ocasión de tirar con 1, 2 o 3 dados siempre que quieras.

Y deliberadamente Jonathan no la compra. Por un instante ví un brillo rojizo en sus ojos que me estremeció. Estábamos viendo su lado oscuro. Dimitri vuelve y se entera. Bueno, lo dejó pasar. No pasa nada. En posteriores reuniones se aguantará sin ir al baño hasta que acabe la partida, pero no pasa nada.

Como castigo, Jonathan cae en despido.

Edu cayó en su sueño, pero no lo pudo comprar, ya que Dimitri lo compró un par de veces y su precio subió, y Edu iba más bien justito de pasta.

Y lo bueno es lo siguiente: el chofer de Dimitri, Jonathan “Buffet”, compraba y compraba todo lo que viniera, como bien se lo indicaron. Y mira tú por donde, cae en el sueño de Dimitri. Tranquila y lentamente, Jonathan lleva el ratón hasta el botón de “NO COMPRAR”, y hace...

¡click!

Esa gota colmó el vaso :D A partir de ese momento Dimitri decide que mejor conduce él. Ahí debió acabar la partida, y seguramente Dimitri habría hecho más puntos de los que al final sacó.

Jonathan fue de nuevo castigado con otro despido en la carrera de la rata. Dice que lo hizo sin querer, que fue un despiste. Pero tenemos nuestras sospechas.

A pesar de todo, esta vez Dimitri ganó. Compró una de aquellas tiradas que en caso de salir, te da un Cashflow que directamente te hace ganar. Ganó un cashflow de 75.000.

El lavaperros y el perrito piloto, les dieron una paliza a “Buffet el Malvado” y a “Trump el Despedido”. Como dijo MoroFeo en The Matrix: “El destino al parecer, no está carente de cierta ironía”.

Lo curioso también, es que Edu lleva unas cuantas partidas quedando el segundo :D. De nuevo forzando las estadísticas. Ten cuidado Edu que es peligroso.

¿Cambiará Edu su estrella para mejor? ¿Habrá más traiciones? ¿Más bancarrotas? Lo sabrás si vienes a la próxima, y no te tendrás que enterar por medio de estos ladrillos que escribo.

Aquí tenéis la foto, en la que como veis, a pesar de quedar segundo, Edu levanta su brazo orgulloso y triunfante (en realidad le picaba la cabeza):


De izquierda a derecha: Eduardo, Dimitri, Jonathan y José Antonio.

El ranking quedó así:

Dimitri: 945 puntos
Eduardo: 558 puntos
Jonathan: 116 puntos

Dimitri rompió el récord de Marcelo. Nuevo récord. 3 reuniones seguidas llevamos ya así. ¿De quién será el próximo nuevo récord? ¿Tuyo? No, si nosotros podemos impedirlo ;)

Esta vez la comida no se celebró en el restaurante de siempre. Se hizo en el mejor sitio: la terraza del apartamento de Edu. Hizo de cocinero y anfitrión sirviéndonos un rico arroz al horno que él mismo preparó.


De izquierda a derecha: Dimitri, Jonathan, Eduardo y José Antonio.

Hablamos un poco sobre warrants, y luego fuimos a tomarnos un café a una terracita cerca de la playa, en la que se estaba de lujo. Ya se empieza a ver gente bronceada por ahí tomando el sol.

Hablamos un poco sobre las oportunidades de inversión que pueden haber en el tema de energías renovables, la debilidad del desconocimiento y las fortalezas de las que disponemos para solventarlo. Bromeamos un poco entre nosotros acerca de estas reuniones, porque comemos un montón. Se habló de llamar a estas reuniones Fat Dad Club o algo así. Después cada uno se fue a su casa con la panza bien llena, y con ganas de celebrar la próxima.

Te esperamos para la próxima reunión. No faltes. Ya ves que nos lo pasamos bien.

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