Tres años para ser un país de expertos

En el XLSemanal del pasado fin de semana, se publicó Fórmula uno: de la danza al crimen de Carlos Herrera.

Hace escasamente cuatro años, tres quizá, la inmensa mayoría de los ciudadanos no tenía ni papa de fórmula uno, no conocía más que los nombres de pilotos legendarios, no sabía lo que es una chicane, una curva bien apurada, la pole position o el paddock de un circuito.

Hoy en día, en cambio, parece que todos hayamos crecido entre mecánicos de alta tecnología: en cualquier bar con televisión se agolpan los lugareños para ver la carrera de turno y es habitual escucharles juicios del calibre de «no se puede cerrar tanto en esa curva a sólo dos vueltas de salir», o «está haciendo demasiados blocajes de ruedas», o «si entra ahora a repostar, la caga», o «los reglajes esos no me gustan», o «se nota que no le funcionan bien los circuitos de refrigeración de frenos», o «en Imola no hubiese tenido cojones de salir así de la pole».

No han hecho falta reformas educativas, no han hecho falta nuevos planes de estudio, el Estado no ha tenido que intervenir para nada, y en tres años todos somos expertos en Fórmula 1. ¿Necesitamos un Fernando Alonso de los negocios para aumentar la cultura financiera? ¿Deberíamos organizar torneos internacionales? ¿Deberíamos pedir a Amancio Ortega que asuma la responsabilidad de ser nuestro campeón? Está claro que se puede alfabetizar al país entero en tres años, sólo hace falta un campeón del mundo español. ¿Qué opináis?