21 de junio de 2009

El riesgo de no hacer nada II

De nuevo, después de una temporada hablando sobre tipologías de riesgo, quería hacer una nueva reflexión sobre el riesgo de no hacer nada.

Imaginémonos que tenemos una carnicería en la calle principal de nuestro pueblo, el negocio va muy bien, y nos decimos con cierta lógica, qué mal puede pasar, si la carnicería va bien ahora, también irá bien dentro de 30 años. Ya nos hemos gastado dinero en reformar el local, fidelizar a la clientela… ya está todo hecho.

Para nuestra desgracia los hábitos de consumo cambian, la calle en la que estamos deja de ser comercial, abren centros comerciales en las afueras de nuestra ciudad, el personal que tenemos tiene unos salarios cada vez mayores que no nos permite ser competitivos frente a otras carnicerías de la zona… “Siempre lo hemos hecho así”, “somos los mejores”, “nunca nos equivocamos”…

¿Imposible que esto suceda? Más del 40% de las empresas que en 1979 formaban parte del Fortune 500 han desaparecido y otras han ido bajando posiciones año tras año como Xerox o Kodak. Enron era la 5ª compañía del mundo según esta prestigiosa lista en 2002, y General Motors (actualmente en bancarrota) figuraba también en quinto lugar en la lista de 2008.
Ojo, hay empresas que tienen más de 100 años y siguen siendo poderosas sin molestarse en innovar, pero la innovación es crítica para que las empresas sobrevivan, e innovar es lo que se pide a un emprendedor que quiere tener éxito.

Innovar no supone necesariamente romper con todos los moldes establecidos, pero ayuda. Lo primero que hay que hacer es adaptarse a los nuevos tiempos, aprovechar nuestras ventajas frente a la competencia (siempre tenemos alguna, y si no la tenemos estamos obligados a descubrirla o desapareceremos).

Algunos de mis amigos me dicen eso de innovar está muy bien, pero que a ellos no les afecta. Bien, tanto si trabajas por cuenta ajena, como si estás en busca de la independencia financiera tienes el deber de innovar si quieres minimizar el riesgo. Me explico. Tengo compañeros que recibieron oferta para trabajar en Iberdrola (la primera compañía eléctrica española y una de las más grandes del mundo) y cuando aceptaron me dijeron, “yo quiero trabajar en Bilbao, tranquilo, en una empresa grande…”. Bien, algunos de esos compañeros están hoy en Glasgow porque Iberdrola compró Scottish Power. Lo mismo pasaba hace 10 años con gente que iba a trabajar a la sede del Banco Bilbao Vizcaya y hoy están la mayoría en Madrid. El caso es que mañana Iberdrola puede ser comprada por una compañía china y que ésta disminuya la presencia en Bilbao, o que simplemente exista un accidente (esperemos que no suceda) que haga que Iberdrola desaparezca, o simplemente puede haber compañías que lo hagan mejor e Iberdrola empiece a perder posiciones y finalmente desaparezca.

En definitiva, cada uno de nosotros, queramos acercarnos a la independencia financiera, o queramos continuar en la carrera de la rata, estamos expuestos al riesgo si no hacemos nada, y si queremos conocer el futuro, lo mejor que podemos hacer es protagonizarlo (innovar).

No sé cómo será el mundo dentro de 10 años, esperemos que nuestra carnicería subsista.

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