7 de marzo de 2009

¿Qué es el capital económico? ¿y el capital regulatorio?

En los post anteriores he explicado algunos conceptos de riesgo tal y como se conocen en el entorno bancario (crédito, mercado, operacional, liquidez…), si bien como ya he explicado son riesgos que afectan a todas las empresas y personas.

Dada la importancia del sistema financiero para el desarrollo económico, se formaron a partir de la segunda mitad del siglo XX diferentes organismos internacionales cuyo objetivo era fortalecerlo. De una de estas instituciones surgieron los acuerdos de Basilea para mejorar la gestión de los riesgos y la adecuación del capital de los bancos. Voy a tratar de poner un ejemplo sencillo, y después trataré de explicar la importancia de tener un capital suficiente para cualquier empresa e individuo.

Imaginémonos que queremos ir de viaje las próximas vacaciones a Tailandia con nuestra pareja durante 10 días. Lo primero que haremos será hacer un presupuesto, por ejemplo:
  1. Gastos de viaje – 1.400 euros
  2. Alojamiento – 600 euros
  3. Manutención – 50 euros por día – 500 euros
  4. Regalos y varios - 500 euros.
Por tanto, de acuerdo a este presupuesto nos vamos a gastar 3.000 euros. Si en vez de personas fuéramos una empresa, a esto lo llamaríamos “pérdidas (o gastos)” altamente probables y por tanto lo provisionaríamos (en inglés a esto lo llamaremos Expected Losses o Pérdidas Probables).

Una vez en el viaje, tenemos la posibilidad de comprar un collar de perlas que es una ilusión que hemos tenido siempre y que cuesta 1.000 euros, o tenemos un pequeño problema físico que conlleva hospitalización y nos supone un coste médico de 1.000 euros. Estas pérdidas no las teníamos previstas (las llamaremos Unexpected Losses o Pérdidas improbables).

La enfermedad que hemos contraído es más importante de lo que pensábamos y no nos la pueden tratar en Tailandia. Tenemos que fletar un avión medicalizado para que nos traiga de vuelta a España y nos cuesta 30.000 euros (importe que no nos podemos permitir). A estas pérdidas las llamaremos Severe Losses o Pérdidas Severas.

Bien, en banca el Nuevo Acuerdo de Basilea II, marca unos criterios para el cálculo del capital regulatorio que define cuál tiene que ser el capital (fondos propios) que tienen que tener las entidades para poder afrontar las Unexpected Losses. Las Expected Losses forman parte de nuestro día a día, las estimaremos, y las provisionaremos. Las Unexpected Losses son sucesos de baja probabilidad, pero que es posible que sucedan, y para su cobertura tenemos que tener capital suficiente (es decir, cuando viajamos al extranjero tenemos siempre un remanente un dinero propio para pagar algún imprevisto, o podemos tener una tarjeta de crédito para afrontar estos gastos). Pero en ocasiones muy remotas hay eventos que son tan improbables que nos hacen quebrar (Severe Losses).

El capital regulatorio marca a los bancos unas pautas o reglas sobre cuál tiene que ser su capital mínimo (y por tanto su nivel de apalancamiento). Éste no tiene por qué ser igual al capital económico, que sería el capital que cada entidad de acuerdo a sus características debería tener para poder afrontar esas pérdidas inesperadas.

En el caso de las empresas no financieras y de los ciudadanos, no hacemos ningún tipo de medición de cuál debe ser ese capital mínimo para poder soportar unas pérdidas inesperadas, que nos hagan cerrar la empresa o que nos supongan ir a la suspensión de pagos.

Por ello, toda la medición de riesgos que he mencionado en los post anteriores debe también acompañarse de una adecuada gestión de capital. A más riesgo asumido (no mitigado, o externalizado) debería tener más capital (fondos propios) porque la probabilidad de que haya pérdidas inesperadas será mayor (si me voy de viaje a Irak, mayor riesgo, tengo más probabilidad de tener pérdidas inesperadas, que si me voy a un balneario a La Rioja).

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