Cuarta reunión en Palma
Después de casi dos años desde la tercera reunión en Palma, el viernes por la noche se celebró la cuarta, con exactamente la mitad de asistentes.
Tony me vino a buscar al aeropuerto y me llevó hasta el Tast, el sitio donde íbamos a jugar, pero a pesar de la crisis estaba a tope y no habíamos reservado, así que tuvimos que buscar alternativa, y acabamos en el Café Set, que estaba muy tranquilo y resultó muy apropiado para la reunión.
Mientras nos bebíamos un par de cervezas y charlábamos sobre lo humano y lo divino, fueron llegando Niki, Juan y Euge. Y la partida, prevista para las ocho, empezó más bien a las nueve.
Decidimos utilizar las reglas modificadas que hemos empleado ya en varias ocasiones para hacer el juego más interesante: misma profesión de inicio para todos, nada de pelotazos con acciones, posibilidad de comprar negocios entre varios, libertad de pacto en las condiciones de compra, cobro de los ingresos pasivos al caer en el paro...
Para cuando empezamos a jugar éramos ya los últimos clientes del café y el camarero, cuyo nombre se me olvidó preguntar, se mostró muy interesado en el juego, en las ideas de Kiyosaki y en cómo aplicarlas en la vida real.
La verdad es que de la partida hay poco que contar. La profesión de todos fue piloto. Juan empezó con un capricho caro, la tele de 42", $4.000 a la tarjeta de crédito y $120 de gastos adicionales al mes. Euge consiguió una oportunidad de acciones a buen precio y compramos todos menos Juan. Con el alto sueldo de pilotos, enseguida nos juntamos con dinero en mano y casi todos fuimos a por oportunidades grandes para comprar entre varios. Yo conseguí un autolavado que daba $1.800/mes con una inversión de $25.000, y vendí $17.000 en bonos con una rentabilidad del 6% mensual para poder comprarla. Tony y Niki compraron un par de viviendas, yo compré otra endeudándome bastante. Juan acabó en el paro y, justo cuando salía, caí yo, que ya tenía una deuda importante, y tuve que endeudarme más...
La partida no dio para más, el Café Set cerraba, así que nos fuimos a picar algo en el Tast, no sin antes hacernos la foto de rigor:
De izquierda a derecha: Niki, Euge, Tony, Jaizki y Juan.
Tony y Niki se habían ofrecido muy amablemente a alojarme en su casa. Y allí nos dio la una y media de la mañana buscando formas de mejorar la captación de clientes en el negocio de mantenimiento de barcos de Tony. Alguna de las ideas que surgió es posible que de muy buenos resultados. Habrá que esperar para ver los resultados.
A la mañana siguiente, Tony, Juan y yo, quedamos para desayunar y seguir charlando de los proyectos de cada uno. Después de toda la mañana hablando, salimos con una idea de negocio muy interesante. Un concepto muy habitual en la Ciudad de Buenos Aires y que no existe en Palma. El siguiente paso es enterarnos de los permisos municipales necesarios...
Tony me vino a buscar al aeropuerto y me llevó hasta el Tast, el sitio donde íbamos a jugar, pero a pesar de la crisis estaba a tope y no habíamos reservado, así que tuvimos que buscar alternativa, y acabamos en el Café Set, que estaba muy tranquilo y resultó muy apropiado para la reunión.
Mientras nos bebíamos un par de cervezas y charlábamos sobre lo humano y lo divino, fueron llegando Niki, Juan y Euge. Y la partida, prevista para las ocho, empezó más bien a las nueve.
Decidimos utilizar las reglas modificadas que hemos empleado ya en varias ocasiones para hacer el juego más interesante: misma profesión de inicio para todos, nada de pelotazos con acciones, posibilidad de comprar negocios entre varios, libertad de pacto en las condiciones de compra, cobro de los ingresos pasivos al caer en el paro...
Para cuando empezamos a jugar éramos ya los últimos clientes del café y el camarero, cuyo nombre se me olvidó preguntar, se mostró muy interesado en el juego, en las ideas de Kiyosaki y en cómo aplicarlas en la vida real.
La verdad es que de la partida hay poco que contar. La profesión de todos fue piloto. Juan empezó con un capricho caro, la tele de 42", $4.000 a la tarjeta de crédito y $120 de gastos adicionales al mes. Euge consiguió una oportunidad de acciones a buen precio y compramos todos menos Juan. Con el alto sueldo de pilotos, enseguida nos juntamos con dinero en mano y casi todos fuimos a por oportunidades grandes para comprar entre varios. Yo conseguí un autolavado que daba $1.800/mes con una inversión de $25.000, y vendí $17.000 en bonos con una rentabilidad del 6% mensual para poder comprarla. Tony y Niki compraron un par de viviendas, yo compré otra endeudándome bastante. Juan acabó en el paro y, justo cuando salía, caí yo, que ya tenía una deuda importante, y tuve que endeudarme más...
La partida no dio para más, el Café Set cerraba, así que nos fuimos a picar algo en el Tast, no sin antes hacernos la foto de rigor:
De izquierda a derecha: Niki, Euge, Tony, Jaizki y Juan.
Tony y Niki se habían ofrecido muy amablemente a alojarme en su casa. Y allí nos dio la una y media de la mañana buscando formas de mejorar la captación de clientes en el negocio de mantenimiento de barcos de Tony. Alguna de las ideas que surgió es posible que de muy buenos resultados. Habrá que esperar para ver los resultados.
A la mañana siguiente, Tony, Juan y yo, quedamos para desayunar y seguir charlando de los proyectos de cada uno. Después de toda la mañana hablando, salimos con una idea de negocio muy interesante. Un concepto muy habitual en la Ciudad de Buenos Aires y que no existe en Palma. El siguiente paso es enterarnos de los permisos municipales necesarios...
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