28 de abril de 2008

Decimoséptima reunión en Madrid

El pasado sábado, 26 de abril, se celebró la decimoséptima reunión en Madrid. Por si alguno se pone a buscar el informe de la decimosexta y no lo encuentra, aclaro que se celebró el 6 de marzo -estando yo en Argentina- y que, a falta de un reportero entre los asistentes, no puedo publicar nada sobre la misma.

Como es costumbre, antes de la reunión habíamos quedado para comer, al igual que las últimas veces, en La Portada de Chamberí. Esta vez, por no reservar a tiempo, no pudimos jugar allí y tuvimos que volver a otro viejo conocido, el Chaise Lounge.

Yo llegué sobre las 13.30 después fueron llegando poco a poco: Raúl, Gloria, Alfonso, Mario, Carlos, María y Gustavo. Estuvimos charlando hasta que, a eso de las tres, Mario nos tuvo que abandonar por compromisos familiares y al resto nos empezó a apretar el hambre y nos decidimos a pedir algo.

Óscar llegó para tomarse el café con nosotros y Sergio y Raquel justo después. Como La Portada de Chamberí cerraba a las cuatro y media para abrir después a la noche, nos fuimos a tomar un café para hacer tiempo hasta que abriese el Chaise Lounge a las 17.30. Entonces se nos unió Aníbal.

Por último, cuando estábamos ya en el Chaise Lounge preparando los juegos apareció Nando, que hacía el jugador número doce. El número ideal para dos partidas. Por un lado jugarían seis veteranos con las nuevas reglas que hemos usado alguna vez (fundamentalmente consisten en tener libertad de pacto para aprovechar oportunidades entre varios jugadores), y por otro lado jugaríamos el resto con las reglas estándar, para no complicárselo demasiado a las nuevas incorporaciones.

En la mesa de los veteranos jugaron: Nando, Carlos, Gloria, María, Óscar y Gustavo. Nando y Carlos empezaron con fuerza, un pelotazo con acciones y varios negocios compartidos les sacaron rápidamente de la carrera de la rata con $200.000 y $300.000 en ingresos pasivos respectivamente. Carlos tuvo más fortuna y fue el primero en poder comprar su sueño, ganando el juego en cosa de una hora. Iban a jugar un rato más, pero acabaron aprovechando el tiempo para hablar de negocios.

En la otra mesa jugamos: Aníbal, Sergio, Raquel, Alfonso, Raúl y yo. Como Alfonso se tenía que ir pronto, en vez de jugar su propia partida jugó echando una mano a Raúl.

Aquí está la foto de rigor, hecha justo antes de que se marchase Alfonso.


De izquierda a derecha. De pie: Carlos, Nando, Gustavo, Raquel, Aníbal, María, Óscar y Gloria. Agachados: Raúl, Alfonso, Sergio y Jaizki.

Raquel y Raúl parecía que se copiaban los movimientos. Raquel compró una casa 3h/2b y Raúl hizo lo propio. Los dos la vendieron por $110.000 haciéndose con una importante cantidad de líquido. Raquel compró una empresa automatizada que le daba un flujo de 1.800 y acto seguido Raúl una que le daba un flujo de 2.500. La diferencia es que 1.800 sacaban a Raquel de la carrera de la rata, pero a Raúl 2.500 no le llegaban para cubrir sus altos gastos.

Entre tanto, Aníbal había comprado un par de tipos de acciones; Sergio no había conseguido nada interesante; y yo me había comprado una casa 2/1. En la primera vuelta fui padre y acto seguido caí en capricho y me tocó comprar el yate. Mi flujo mensual se quedó en apenas $430. Me veía repitiendo mi hazaña de Barcelona de quebrar en la primera vuelta.

Viendo el panorama, me fui a por las grandes oportunidades para intentar sacar algo vendiéndoselas a Raúl que todavía no había salido de la carrera de la rata. Conseguí un dúplex que daba $320 con una inversión de $8.000, nada expectacular a priori. Sin embargo, hice mis cálculos mentales y me daba que con esa carta Raúl salía de la carrera de la rata si cancelaba sus deudas. Le propuse venderle la carta por lo que le sobrase en caso de alcanzar la independencia financiera -unos $14.000 según mis cálculos- y regalársela si no salía. El problema es que había hecho mal los cálculos y se quedó a $20/mes de conseguirlo. Mi gozo en un pozo.

Curiosamente, fue una de las peores oportunidades del juego la que le llevó poco después a la vía rápida. Un certificado de depósito que da $20/mes con una inversión de $4.000, pero que era justo lo que le hacia falta.

Con Raúl en la vía rápida, yo me dediqué a hacer rico a Aníbal. Primero saqué una carta que le permitía vender por $50 unas acciones que había comprado a $5, y con las que juntó $30.000 de golpe. Dedicó ese dinero a reducir sus deudas, pero debido a su profesión seguía teniendo unos gastos altísimos. Después caí en mercado y conseguí un comprador que le pagó $100.000 por una 3/2 que había comprado poco antes.

En la vía rápida, Raúl había comprado nada más empezar una mina de oro que le daba $25.000 de flujo, la mitad de lo que necesitaba para ganar. Raquel, por su parte, llevaba un buen rato cayendo sólo en sueños que no le interesaban. No conseguí convencerla de aprovechar su oportunidad de salvar a los mamíferos marinos pero, cuando pudo, sí puso dinero para abrir escuelas de negocios en el tercer mundo.

A mí me surgió la oportunidad de vender por $45.000 la casa 2/1 que había comprado al principio, era la oferta más baja posible pero dadas las circunstancias, no me quedó otra que aceptarla e intentar utilizar el líquido conseguido que me quedaba para buscar otras oportunidades. Pero no hubo tiempo, Raquel consiguió de golpe los $50.000 de flujo que necesitaba para ganar gracias a la teletienda.

Con las dos partidas acabadas, estuvimos un buen rato charlando de oportunidades de negocio. De lo que habíamos hecho cada uno, de lo que sabíamos que habían hecho otros, de negocios raros que funcionan...

Sobre las nueve dejamos el Chaise Lounge, y Sergio, Raquel, Gloria y yo nos quedamos a cenar algo y seguir charlando un rato más.

Aprovechando el buen ambiente y las ganas de hacer otra, ya hay fecha fijada para la siguiente: el sábado 24 de mayo. Podéis apuntaros ya en el wiki de las reuniones de Madrid.

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