Decimoséptima reunión en Bilbao
La participación mejoró ligeramente sobre la última vez, de cinco pasamos a seis: Egoitz, Iñigo, Iván, Estibaliz, Mario y yo. Esta vez, todos menos yo nuevas incorporaciones.
Egoitz, Iñigo y yo, que fuimos los primeros en llegar y nos pusimos a charlar de los negocios de cada uno. Iván y Estibaliz venían de Vitoria y avisaron de que estaban llegando. Mario también llamó para decir que se acercaba, pero que había llegado de viaje de madrugada y se retrasaba un poco. Charlando de un tema y otro se nos pasó el tiempo volando y para cuando nos pusimos con el juego eran ya más de las 11.00.
El juego, con todos menos yo jugando por primera vez, empezó lento pero enseguida se fue animando. Iván y yo no tuvimos nuestro mejor día, caímos un par de veces en el paro cada uno y no conseguimos ninguna oportunidad que mereciera la pena.
Estibaliz, Iñigo y Mario, enseguida empezaron a comprar acciones y dieron algún pequeño pelotazo. Mario fue el primero en comprar una vivienda, una 2/1. Egoitz enfiló enseguida el camino a la independencia financiera comprando una casa 3/2 y vendiéndola por más del doble de lo que había pagado. Con ese dinero, empezó a comprar más casas.
Estibaliz, viendo que las grandes oportunidades podían ser atractivas se animó a ir a por ellas. La primera que levantó era demasiado grande para ella así que se la intentó vender a Egoitz por $5.000, él contraofertó $1.000, y Estibaliz prefirió $1.000 que nada y aceptó. Con esa oportunidad Egoitz firmó su pase a la vía rápida con $400.000 de ingresos pasivos.
Eran ya cerca de las dos y Mario se tuvo que ir por un compromiso familiar. Aprovechamos ese momento para hacernos la foto de rigor -me temo que quedó un poco oscura-.
De izquierda a derecha: Jaizki, Iñigo, Mario, Egoitz, Iván y Estibaliz.
Nada más salir Mario por la puerta Egoitz cayó en su sueño -un centro de investigación para el cáncer y el SIDA- y ganó la partida, pero como el resto del personal se había quedado con ganas de salir de la carrera de la rata decidimos seguir un rato más.
Mientras Iñigo, Iván y yo seguíamos sin conseguir nada interesante para invertir Estibaliz se había ido haciendo con un pequeño capital, así que yo me decidí a ir a por las grandes oportunidades para vendérselas. Conseguí venderle por $4.000 la oportunidad de una casa de 4 unidades, pero costó lo indecible que aceptase el precio.
Consiguió venderla al poco haciéndose con una sustanciosa cantidad que le sirvió para comprar una casa de 8 unidades que también vendió consiguiendo más de $100.000 líquidos para invertir.
Iván también se fue a por las grandes oportunidades y le vendió una SRL. Yo hice lo propio con un duplex por el que no puede pedir gran cosa. Finalmente un autolavado que consiguió ella misma fue el que le dio la independencia financiera.
Mientras Estibaliz hacía todos estos negocios, Egoitz en la vía rápida se había dedicado primero a acabar de arreglar el mundo -salvando a los mamíferos marinos- y después, a darse la gran vida: una fantasía en los mares del sur, una visita a las antiguas ciudades de asia, una carrera de yates, una visita al festival de Cannes, recorrer las siete maravillas del mundo... y, quizás cansado de tan ajetreada vida, acabó por ganar el juego de nuevo de la otra forma posible: aumentando sus ingresos pasivos en $50.000, todo de una sola vez con la teletienda.
Iñigo se tuvo que marchar por compromisos familiares dominicales pero Iván, Estibaliz, Egoitz y yo nos fuimos a comer algo y a charlar de los que estábamos haciendo cada uno para alcanzar la independencia financiera. La cosa estuvo muy interesante y se alargó bastante.
En Madrid y Barcelona es habitual quedar a charlar antes o después de la partida, pero en Bilbao hasta ahora no se ha hecho. Esperemos que se vaya animando el personal.
Ya está convocada la próxima reunión en Bilbao para el 25 de mayo, así que si estás interesado apúntate en el wiki.
Aprovecho para recordaros que este sábado hay reunión en Madrid.
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