14 de octubre de 2007

¿Tan lejos estás de la independencia financiera?

Si crees que sí, puede que sea por culpa de la riqueza relativa. Un estudio de la Universidad de Harvard demuestra que la riqueza relativa es más importante que la riqueza absoluta, es decir que no nos interesa tanto el tener un número determinado de millones o posesiones, sino el tener más que el círculo que nos rodea. Para confirmarlo, los investigadores realizaron un experimento basado en un juego llamado Ultimatum Game.

Las reglas son simples: un jugador tiene una cantidad de dinero x y la tiene que repartir con otro. Éste decide si acepta la oferta o no; en caso de rechazarla ambos jugadores se quedarán sin nada. Lo normal y lógico, sería que se aceptara cualquier oferta, al fin y al cabo es dinero a cambio de nada. Sin embargo, el experimento muestra que las ofertas más rácanas, en torno al 25% del total del dinero, suelen ser rechazadas.

Este estudio podría demostrar que por lo que luchan los seres humanos es por la riqueza relativa más que por la absoluta; así, los jugadores preferirían quedarse sin nada a ver cómo un rival se quedaba con más que ellos.


Pero si aquí hablamos de conseguir ingresos pasivos superiores a nuestros gastos, ¿en qué nos afecta esto?
Pues en que nosotros mismos no paramos de añadir gastos para tener más que el vecino y nos lleva irremediablemente a la carrera de la rata.

Esto no sólo nos pasa a nosotros. Los ricos también lloran.
Richistan es un país virtual habitado por los nuevos multimillonarios estadounidenses en donde demostrar lo rico que eres, es una tarea obligada. Allí si vas con un Mercedes clase S, serías un pobretón porque allí de un Maybach no se baja. ¿Alguien se podría sentir pobre, teniendo 6 millones de dólares? Pues sí, porque para vivir en Richistan hacen falta de 10 millones para arriba.

Una posible solución para evitar este despropósito es definir al inicio de tu carrera financiera hasta donde quieres llegar. Con qué te conformarías hoy y luchar por conseguir eso y que tus ingresos pasivos te paguen los gastos de esas posesiones.
A partir de ahí, no trabajar más para tener más, sino optimizar vuestros ingresos pasivos para que cada vez os permitan comprar las cosas nuevas que queréis, siempre sin caer en la carrera de la rata.

¿Estáis seguros de que no podéis salir de la carrera de la rata? Yo lo pensaría de nuevo.


fuentes: 1, 2, 3.

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