11 de mayo de 2007

Séptima reunión en Barcelona

El pasado sábado se celebró la séptima reunión en Barcelona. Empecé el día perdiendo por un minuto el autobús al aeropuerto, aun así conseguí llegar a tiempo de coger el avión. En el Prat también perdí por unos minutos el tren que iba a Barcelona, así que acabé llegando a la reunión media hora tarde. Para entonces, ya estaban diez personas esperándome: Pedro, Ritxar, Lourdes, Chris, Marina, René, Camilo, John, Juan Diego y Jordi. Hacia las 15.00 llegó Sergio, justo a tiempo de sustituir a Chris que se tenía que ir.

Al ser once nos dividimos en dos partidas, por un lado: Ritxar, Chris -al que después sustituyó Sergio-, Lourdes, Marina y René, y por el otro: Pedro, Juan Diego, Jordi, Camilo, John y un servidor.

Aquí tenéis la foto de grupo, ya con Sergio y antes de que se fuese Chris:


De izquierda a derecha: Jordi, Camilo, John, Ritxar, Sergio, Lourdes, Chris, Pedro, Marina, René, Jaizki y Juan Diego.

Por aquello de ir innovando en el formato, Pedro sugirió que él y Lourdes describiesen sus respectivas partidas, y que yo diese el toque final a la entrada. A ver qué os parece el resultado. Os adelante que ha salido una entrada muuuuuuuuuy larga.

Según Lourdes, "las tres horas que estuvimos jugando pasaron sin darnos cuenta.", y creo que efectivamente fue así, al menos hasta que a las dos y media a algunos nuestros estómagos empezaron a recordarnos la hora.

En la partida de Lourdes, a Chris no le fueron muy bien las cosas, se endeudó para comprar acciones, y al tenerse que ir no tuvo tiempo de enderezar su situación financiera, pero a Sergio -que le sustituyó- si que le dio tiempo y no acabó la partida tan mal, aunque eso sí, sin salir de la carrera de la rata.

Marina también consiguió llegar a la vía rápida. Lo hizo comprando una inversión muy rentable que le obligó a endeudarse, pero consciente de que con cobrar varias veces su suelto y devolviendo poco a poco el préstamo que había pedido al banco, conseguiría salir de la carrera de la rata, y así lo hizo. ¡Estaba eufórica!

A René le iban bien las cosas sin salir de la carrera de la rata, tenía sus inversiones, y sacó mucho partido a la venta a Ritxar de la oportunidad que le sacaría de la carrera de la rata.

Ritxar (conserje) fue el primero que consiguió salir de la carrera de la rata a pesar de sus bajos ingresos, y gracias a que sus bajos gastos. Supo jugar con inteligencia y aprovechar la oportunidad que levantó René. Sin embargo, en la vía rápida le esperaba una sorpresa. Cayó en el sueño de Marina y decidió comprarlo para que a ella le costase más, pero este gasto hizo que cuando cayó en su propio sueño no tuviese dinero suficiente para poder comprarlo.

Lourdes, que era médico y tenía un sueldo elevado pero unos gastos al mismo nivel, se fue al paro, tuvo un hijo, y no logró hacer ningún tipo de inversión provechosa. Lo que si consiguió fue vender una carta de pequeño negocio a René después de negociar con él un precio que les conviniera a ambos.

En su partida Pedro eligió una estrategia que le ha funcionado muy bien hasta ahora:

A mi me tocó ser una secretaria con un salario relativamente bajo y con poco dinero libre para invertir (sobre $1.000/mes). La estrategia más prudente con tan poco dinero hubiera sido no endeudarse demasiado, pero como yo era una loca de la vida, ¡Venga, a la aventura! ¡A comprar, que solo es un juego!

En el juego me dedique a comprar todo lo que me podía dar grandes beneficios en poco tiempo. Es decir, especulación pura y dura. Lo que caía en manos de otros jugadores y decidían no quedárselo, yo ¡venga pa'acá! A las pocas tiradas de dado ya había comprado de forma diversificada y estaba endeudado hasta las cejas. Compre algunas cosas directamente, pero lo más rentable fue lo que compré a otros jugadores, especialmente el terreno de 50 acres (150 dólares de comisión). Yo mantenía la calma, pero Jaizki me advirtió de que si me tocaba un niño y caía en el paro, estaría al borde de la quiebra.

Mi estrategia era totalmente especulativa. Esperaba que con tantos jugadores habría más posibilidades de vender alguno de mis activos, y conseguir el suficiente capital para empezar a comprar grandes negocios que me tocaran a mí, pero sobre todo que les tocaran a los otros jugadores.

Bien, pues así fue. Empezaron a salir cartas de mercado, y una a una me iban beneficiando. Jaizki y el resto de participantes estaban alucinando. Estaba rompiendo todos los records que Jaizki había visto. Al poco ya estaba fuera de la carrera de la rata. Después llegó a la vía rápida Jaizki con 1 millón de dólares en el bolsillo, pero al poco rato consegui ganar alcanzando los 250.000 dólares de ingresos pasivos.

Una fulminante historia de éxito para una pobrecita secretaria.


Juan Diego fue poquito a poco y llegó a hacer algún dinero, aunque no consiguió grandes ingresos pasivos. Jordi compró y compró, pero sus gastos de piloto le mantenían atrapado en la carrera de la rata. Aunque Camilo aconsejaba muy bien a John, no consiguió grandes avances en su propia partida. John con los altísimos ingresos y gastos del médico compró grandes oportunidades, pero cada vez que estaba a punto de cancelar toda su deuda con el banco el paro se cruzaba fatalmente en su camino.

Yo seguí una estrategia mucho más conservadora que Pedro, que también dió buenos frutos. Partiendo prácticamente de la misma situación que él salí de la carrera de la rata un poco más tarde, pero lo hice con $6.700 de ingresos pasivos frente a los menos de $2.000 de Pedro. Eso me daba ventaja en la vía rápida, pero el tiempo jugó a favor de Pedro.

Hacia la cuatro recogimos los juegos, comimos algo y nos quedamos charlando sobre inversiones y reflexionando sobre cómo funcionan las cosas en la vida real. Sergio se tuvo que ir bastante pronto y depués lo hicieron Marina, René, Juan Diego, Camilo y John. Por último se fue Jordi, y Pedro, Ritxar, Lourdes y yo nos quedamos tomando un café antes de salir cada uno por nuestra parte. Y, como ya supondréis después de cómo empecé el día, también perdí por unos minutos el tren al aeropuerto, menos mal que iba con tiempo y pude llegar con el siguiente.

En cuanto a las lecciones aprendidas en la partida, esta vez contamos con la visión de Lourdes y Pedro, y hay mucha miga.

En eso de la negociación soy una novata. He leído que lo primero que debes hacer si pretendes entrar en una negociación sea del tipo que sea, es realizar tu “Bargaining set” o conjunto negocial. Consiste en averiguar el punto en el que se sitúa el valor de reserva que es el valor que uno conseguirá por su cuenta en caso de que haya desacuerdo y el nivel de aspiraciones. La zona entre un punto y el otro es la zona por la que te has de mover sabiendo que cualquier punto de la misma es mejor alternativa que la que puedas lograr por tu cuenta. Por ello es necesario que antes de negociar sepamos cual es nuestro valor de reserva para no negociar a ciegas porque de esta manera corremos el riesgo de aceptar acuerdos que deberíamos rechazar (porque, de hecho, son peores que el que nosotros podríamos obtener por nuestra cuenta) o de rechazar acuerdos que deberíamos aceptar (porque, en realidad, son mejores que nuestras alternativas).

Yo lo que Lourdes llama valor de reserva lo conocía como BATNA (Best Alternative To Negotiated Agreement - la mejor alternativa a un acuerdo negociado).

En el juego suelo encontrar dos actitudes igualmente perjudiciales con las negociaciones. Por un lado, hay personas que piensan que cualquier precio es mejor que nada y venden cartas por una fracción de lo que podrían sacar. Por otro lado, hay personas que quieren sacar a la carta el máximo que podría dar -intentan vender el pájaro en mano por lo que valdrían los ciento volando- y hacen que no resulte atractiva para nadie comprarla.

A la hora de establecer el precio de una oportunidad en el juego -y fuera de él-, lo más importante es conocer la situación del otro, y saber hacerle ver porqué le merece la pena comprar esa oportunidad y pagar una generosa comisión a quien se la ofrece.

Durante toda la partida, Ritxar nos iba obligando a detenernos en la lectura de las tarjetas de negocios tanto pequeños como grandes y a analizar la situación para saber si nos convenía o no hacer una determinada compra o si era necesario o no endeudarnos con el banco. A veces llevados por la emoción, comprábamos o desestimábamos negocios sin haber leído las condiciones y valorado las circunstancias con detenimiento. Vamos, que nos hacía pensar antes de decidirnos si deberíamos comprar o no. Esto es algo que debemos poner en práctica siempre, si no queremos llevarnos muchos disgustos y encontrarnos metidos en situaciones peligrosas y estresantes.

Esto es algo fundamental. Sólo se puede saber si una oportunidad es buena o mala después de hacer los números. Y cuantos más números hagas mejor y más rápido los harás. La intuición puede ser muy útil como complemente a los números, pero no como alternativa.

Pedro, por su parte, estuvo muy aplicado como alumno, y nos ofrece unas cuantas lecciones aprendidas:

1. La suerte es para todos.

La mejor carta fue la del terreno de 50 acres. Le toco a un jugador que no se quiso endeudar para quedárselo. Ninguno de los otros quiso endeudarse. Ni siquiera uno de los jugadores que tenía capital de sobra para comprarlo, quiso comprar el terreno.

Lo compré por solo 150 dólares de comisión, y con una deuda importante. A los 3 minutos ya lo había vendido por 150.000 dólares.

¿Suerte? Si, lo reconozco, muchísima. Pero lo importante es que en el momento en que
apareció la carta de terreno de 50 acres, la suerte era la misma para todos en ese preciso instante. La única diferencia es que yo la aproveché y el resto no.

En esto Pedro ya sabe que no coincido con él, por eso yo no pujé por el terreno. El terreno es una carta muy especulativa en la que se puede ganar mucho pero que no da flujo mensual y es difícil de vender. La suerte te puede acompañar en una partida, pero para mi es como confiar en la lotería para alcanzar la independencia financiera. Aunque debo reconocer que Pedro no se la jugó en absoluto a una sola carta y compró oportunidades muy diversas.

Por cierto, es muy importante entender que el que una estrategia te salga bien y ganes con ella no la hace necesariamente buena. De hecho, uno de los mayores peligros al invertir es empezar ganando y creer que eso le hace a uno un experto. Y, por otro lado, que salga mal no la hace necesariamente mala. Como se indicaba en los consejos de Warren Buffet: "Usted ni tiene razon, ni se equivoca porque la muchedumbre discrepe con usted. Usted tiene razón porque sus datos y razonamiento son correctos."

Mi opinión es que los que jugábamos teníamos diferentes márgenes de riesgo controlado. Unos caminaban a 20 km. de distancia del precipicio. Otros a 500 metros, y otros a 20 metros como yo. Pero 20 metros era un nivel aceptable para mí.

Es cierto que los márgenes de riesgo de cada uno son distintos. A mí los 20 metros que utiliza Pedro me parecen suicidas, pero hasta ahora le ha ido bien. Aunque ya le comenté que lo importante es ver si la estrategia funciona consistentemente a lo largo del tiempo.

¡Qué diablos! Si en un simple juego no soy capaz de arriesgarme un poco, ¿que voy a hacer en la realidad, donde el dinero es de verdad?

Mi recomendación: arriésgate y aprende en el juego, aprende donde está tu límite y utiliza lo aprendido en la vida real.

Yo creo que cada uno debería arriesgar como si estuviese en la vida real. Creo que los extremos nos hacen verlo sólo como un juego y no plantearnos que se puede aprovechar lo aprendido.

2. Aprender de otros nos desatasca la mente y nos anima a mejorar.

Yo creía que ya lo sabía prácticamente todo sobre el juego y que nadie me podía enseñar nada más. Esto nos pasa a todos. Nos recreamos en nuestro propio conocimiento y dejamos de escuchar las opiniones sabias de los que tienen más experiencia y las opiniones frescas de los que acaban de empezar. Nos atascamos en lo que ya sabemos y no progresamos.

Esto es algo habitual. Una mente abierta es fundamental.

Jaizki calcula números "de cabeza" con una facilidad, rapidez e intuición pasmosa. Le pregunté y me dijo que era cuestión de práctica. Esto le da una ventaja sobre otras personas como yo, que tienen que estar con una calculadora. Esta habilidad me sorprendió. Creo que es necesario que cultivemos ésta y otras habilidades clave si queremos triunfar.

Esto va muy relacionado con lo que comentaba Lourdes sobre la insistencia de Ritxar en hacer números. Muchas veces no se hacen por simple pereza, si te acostumbras a hacerlos, coges práctica y no te suponen ningún problema.

También aprendía otra cosa de Jaizki, y es a devolver el capital que debemos al banco (al 120% de interés anual en el juego), con cada capital que consigamos en efectivo. Aunque solo sean 1.000 dólares. Esto parece muy lógico y simple, pero se me había pasado por alto. Yo solo devolvía capital cuando ya tenía mucho capital en efectivo. Pero devolver capital sistemáticamente te ahora muchos intereses. Tener en cuenta que esto es válido para el juego, pero en la vida real hay más variables que afectan.

Este es uno de mis caballos de batalla. En todas las partidas me encuentro con gente que quiere tener el dinero en el banco porque le da confianza. Cuando les obligo a hacer números se dan cuenta de que están pagando por tener en la mano un dinero del que podrían disponer en cualquier momento. En la vida real los créditos tienen implicaciones que no tienen en el juego, pero esto nos vuelve a demostrar que es importante tomar las decisiones haciendo números y no por lo que sabemos o creemos saber de otras situaciones similares.

3. El juego es una herramienta para entrenar tu mente.

En la vida real, en los negocios, soy muy prudente, calculador, estratega, y voy muy
despacio. Necesito tener mucha información para sentirme seguro y tomar decisiones. Incluso teniendo información en exceso, le sigo dando vueltas, y la tengo que dejar reposar, para digerirla y asimilarla. Esto tiene el conocido riesgo de bloqueo por exceso de planificación, porque parece como que siempre te falta algo, alguna información crucial y definitiva para acabarte de decidir y tomar una decisión. Creo que mucha gente al leer esto se sentirá identificada conmigo.

Pues bien, en mi caso, cuando me subo al juego de CashFlow, me transformo, me suelto e pelo, me libero, y me doy el lujo de hacer lo que en la vida real no haría. ¿Y eso porqué? Simplemente por que no hay riesgo. Solo es un juego. Puedo equivocarme las veces que quiera y no pasa absolutamente nada. Puedo probar mil y una estrategias diferentes solamente para ver que pasa, si estoy equivocado o tengo razón.

En el juego había participantes que jugaban con una precaución excesiva, como si estuvieran invirtiendo su dinero en la vida real. Estaban realmente temerosos de invertir.

Yo creo que el juego tiene que ser tu mejor herramienta para entrenar tu mente. Entrenarte para superar tus bloqueos y limitaciones. Conseguir convertirte en el emprendedor que de verdad quieres llegar a ser. Lo que tienes en potencia en tu interior pero te falta la seguridad de intentarlo. Lo bueno es que esto lo puedes hacer vivencialmente, por aproximaciones sucesivas, y por prueba y error. Y encima disfrutando y pasando un buen rato con unos amigos con un perfil emprendedor como el tuyo. Que no es poco.

Irse a los extremos puede ser muy liberador, pero creo que para llegar a aplicar lo aprendido en el juego a la vida real hay que buscar un punto de riesgo con el que nos podamos sentir a gusto en la vida real.

Sólo hecho de menos una versión del juego aún más realista.

A mí también me gustaría, tengo una lista de nuevas reglas para probar en las partidas con veteranos. Eso sí, hay un riesgo con el realismo, y es que el juego pude acabar siendo un auténtico coñazo.

4. Ayuda a otros y haz más grande el pastel.

Creo sinceramente que el juego está equivocado. No debería haber primer, segundo y tercer ganador. El objetivo debería ser conseguir salir todos juntos de la carrera de la rata lo antes posible, actuando como un equipo. Que salga uno a costa de los demás no enseña los buenos hábitos de inversión. Tampoco es nada positivo dedicarse a comprar en la vía rápida los sueños de los demás. Lo digo porque yo me dedique justamente a eso, y después, al reflexionar sobre ello, no me sentí nada satisfecho.

El mercado es muy grande. Lo más inteligente es unirse a los socios que te encuentras por el camino y formar un equipo de forma que entre todos las posibilidades de salir de la carrera de la rata serán mayores. Además el aprendizaje será muy superior, porque varias mentes piensan mejor que una sola.

Si adquieres malos hábitos en el juego, seguirás cometiendo estos mismos malos hábitos en la vida real. El juego te debería servir para aprender a mejorar.

Cada uno puede jugar como lo desee, y nada impide buscar la colaboración. Como en la vida real, cada uno decide si quiere hacer el viaje sólo o acompañado, y los resultados se ven en el juego.

Y además está lo más importante. Con la gente que te reúnes a jugar y a aprender son precisamente con los que tienes más posibilidades de hacer algún negocio. Si te comportas como un "maldito capullo" en el juego (me refiero a mi mismo), ¿qué pueden esperar de ti en la vida real? Y este es el punto más importante de todos, porque para triunfar necesitas un equipo en el que confíes y puedan contar contigo.

Una reflexión muy interesante. Yo creo que en el juego soy como en la vida real, así que no creo que nadie se lleve a engaño conmigo.

Para finalizar, me llama la atención la cantidad de gente que participa en una o dos reuniones y después desaparece y nunca más se supo. Creo que la resistencia al fracaso es un factor crítico de los emprendedores. Y también creo que encontrarse con otra gente emprendedora hace más interesante y enriquecedor el camino. Si abandonan porque no les interesa este camino, es totalmente aceptable, pero si abandonan por dejadez, es una verdadera lástima porque ¡Hay tanto que aprender!

Esto también me tiene intrigado. Sobre todo cuando la gente que no vuelve es gente que se fue entusiasmada de la primera reunión a la que asistió.

Quería adelantar que estoy trabajando en un interesante proyecto. En cuanto lo tenga listo le pediré a Jaizki que lo publique por si alguien le interesa participar.

Cuenta con ello.

Por cierto, Lourdes propone fijar ya la fecha de la próxima.

¡Ahora sólo falta que decidamos el próximo día de reunión!. ¿Qué os parece el 2 ó el 9 de junio?. Creo que mejor el 9, pues el día 4 es fiesta y habrá gente que salga fuera ese largo fin de semana.

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