21 de abril de 2007

Primera reunión en Málaga

Esta mañana se ha celebrado la primera reunión en Málaga, que con 12 alcanza el record absoluto de participantes en la primera reunión en una ciudad, desbancando a Palma de Mallorca y Barcelona que estaban empatadas con 10.

Aunque hay que reconocer, que al contrario de lo que pasa en otras partes, las reuniones en las ciudades de Andalucía lo son de toda la comunidad autónoma. Algunos se meten tres horas de coche entre pecho y espalda para asistir.

Esta vez, debido a las combinaciones de vuelos, me tocó llegar el día anterior y hacer noche en un hotel. Manolo A. me ha pasado a recoger a primera hora y hemos estado desayunando en una cafetería al lado del lugar donde habíamos quedado todos a las 10. Al poco han venido su esposa Alexandra y su hija Alicia, que de momento es demasiado pequeña para quedarse a las reuniones, pero seguro que acaba apuntándose.

El primero en llegar al punto de encuentro ha sido Domingo, y después han ido llegando Gilberto, David, Javier y Adela y Manuel y Angustias. Cuando ya estábamos montando los juegos, ha llegado Pilar y algo después David S..

Siendo tantos, hemos decidido dividirnos en dos grupos, por un lado: Manuel A., Angustias, Manuel, David S., Alexandra y Domingo, por el otro: Gilberto, Pilar, David, Adela y un servidor. Javier ha preferido no jugar, y aconsejar de vez en cuando a Adela.

Antes de empezar, Adela ha propuesto hacer una ronda de presentaciones, que se ha ido alargando tocando bastantes temas, y creo que hemos empezado a jugar sobre las once y media.

En la primera partida, Alexandra ha sido un auténtico tornado. Ha comprado una casa, y ha conseguido venderla sacando un buen capital. Con ese dinero se ha quitado algo de deuda y, al poco, ha comprado a Manuel A. la oportunidad que le ha sacado de la carrera de la rata. En la vía rápida ha ido comprando negocios y ha conseguido uno que le ha dado los $50.000 de flujo mensual necesarios para ganar.

El resto se han batido el cobre en la carrera de la rata y han ido cerrando algunos negocios interesantes, pero sólo han podido ver de lejos cómo se escapaba Alexandra.

En la otra partida, las cosas han ido algo más lentas. Gilberto se ha demostrado un experto en comprar acciones y revenderlas justo después mucho más caras, hasta tres veces lo ha logrado, pero sin llegar a comprar muchas acciones ninguna de las tres veces, por lo que no ha conseguido que esta suerte le generase un buen capital. A Pilar le ha ido muy bien, y ha conseguido bastante dinero con sus inversiones, pero ha preferido no arriesgar mucho, y eso le ha frenado. David no ha tenido demasiada fortuna con las tiradas y se ha pasado la partida dando vueltas por la carrera de la rata sin poder comprar gran cosa. A Adela le ha pasado de todo, he tenido hijos, ha caído en el paro... cada vez que empezaba a asomar la cabeza, algo volvía a hundirla. Yo no he tenido demasiada suerte con mis propias tiradas, pero he comprado una oportunidad a Adela que me ha dado bastante efectivo un poco más tarde, con ese dinero he comprado algunas oportunidades a Adela y David, después he conseguido una gran inyección de capital vendiendo una empresa que había comprado y otra empresa me ha sacado de la carrera de la rata. Ya en la vía rápida, he comprado un par de negocios, pero estaba aún lejos de conseguir ganar cuando, a las dos y media, hemos decidido dejar las partidas.

Justo antes de comer, no hemos hecho la foto de rigor:

De izquierda a derecha: Javier, Adela, Manuel, Angustias, Jaizki, Gilberto, David, Manuel A., Alexandra, Pilar, David S. y Domingo.
Nota: Aunque no lo parezca, Pilar y yo estamos un poco agachados para no tapar a los de detrás.


David se ha tenido que ir, pero el resto nos hemos quedado comiendo en el mismo sitio. Durante la comida hemos tratado un montón de temas diferentes y muy interesantes, y ya han quedado para hacer otra reunión en Málaga el 19 de mayo, en la que me temo no podré estar.

Sobre las cinco menos cuarto hemos empezado a recoger y a despedirnos. David S. se ha tomado la molestia de acercarme al aeropuerto, a donde por culpa de las obras de la ciudad hemos llegado bastante justos.

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